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Reportaje:

40 días entre sábanas

Un proyecto publicitario promociona la vida 'slow' con una larga "encamada"

Se lo toman con calma, con mucha calma. Llevan 25 días enclaustrados en un pisazo, viendo la vida pasar desde la cama. Desde su ventanal se dominan unas estupendas vistas a la plaza de España, que asoma detrás de un pequeño huerto ecológico que ellos mismos cultivan en el balcón. Todavía les queda, hasta 40 días durante los cuales Camy Lázaro (de 33 años, nacida en México DF) e Iván Martín (madrileño de 36) tratan de investigar y divulgar el modo de vida slow, que pretende retomar el control del tiempo y poner freno al frenesí contemporáneo. "Cuando todos pierdan la cabeza en la hiperactividad y el estrés, nosotros caminaremos despacio y confiados. Defendemos a cualquier precio nuestro derecho a la tranquilidad", dicen en su web (http://www.flex.es/40diasenlacama).

Los protagonistas, encerrados en un piso de la plaza de España, pueden recibir visitas

"Vivir de forma slow cuesta tiempo, no vale con hacerlo un día y ya está", explica Lázaro, azafata de vuelo que lleva años dedicada a la psicoterapia y el yoga. "Y, pese a las circunstancias vitales de cada uno, no creo que sea una utopía la propuesta de encontrarse a uno mismo, siempre es posible caminar hacia la plenitud". Martín es diseñador industrial especializado en ecodiseño, interesado, pues, en la ecología, pero también, "por extensión, en el tema social y personal, en cómo nos acercamos a la vida y gestionamos el tiempo. En el mundo actual más que vivir, sobrevivimos". "En esta experiencia se trata de practicar el presente, siendo un testigo ecuánime de ti mismo, sin dejar que nada te arrastre, simplemente observando", dice Lázaro. Suena bonito, si puedes permitírtelo, claro.

Durante esta "encamada por un mundo slow", Lázaro y Martín, en ropa de andar por casa y algo despeinados (y acompañados por su tortuga Ceiba), van recibiendo a diferentes personas para ahondar (lentamente) en el asunto. Ya les han visitado unas 50. Cada día, después de un desayuno relajado y de practicar un poco de yoga y meditación, lo dedican a un asunto: la medicina, la alimentación, la música, la belleza... Sobre esta cama han tomado té el artista Javier de la Rosa; el jefe de la discográfica Subterfuge, Carlos Galán; el risoterapeuta Rafael Ubal, presidente de la Asociación Donantes de Risas; la psicóloga clínica infantil Vanesa Agrelo; el activista medioambiental Ángel Cano, entre muchos muchos otros, y los camanautas han chateado con Carl Honoré, célebre autor del Elogio de la lentitud, obra fundamental del movimiento. "Por aquí hemos visto de todo", dicen.

Cada tarde escriben sus conclusiones y muestran sus vídeos en su blog, además de mantenerse en contacto con el mundo a través de las redes sociales. "Estamos desconectados del mundo, pero hiperconectados", bromea Martín. La "encamada" es un proyecto de la agencia de publicidad Sra. Rushmore y la productora audiovisual User t38, patrocinado por la marca de colchones Flex.

Ayer recibieron a la micropoetisa Ajo y al poeta Peru Saiz-prez, que pintaron la cama con sus versos: "Para los que habitamos la libertad, la cama es una coma entre la noche y la muerte", escribió Saizprez en la sábana. "Me voy a la cama que tengo mucho que soñar", dejó Ajo en las almohadas. Además, la micropoetisa abogó por aprovechar el presente: "La actualidad cambia todo el rato, pero el presente siempre es el mismo: aquí y ahora. Los que nos distraen con la actualidad son los vendedores de humo y los concesionarios de motos".

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Camy Lázaro e Iván Martín, en la habitación en la que ejercitan el modo de vida <i>slow.</i>
Camy Lázaro e Iván Martín, en la habitación en la que ejercitan el modo de vida slow.SAMUEL SÁNCHEZ

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