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Reportaje:Las tensiones en el PP madrileño

Las disputas más sonadas entre las dos Administraciones

Obras paralizadas, denuncias en la fiscalía y guerra por el Canal

Daniel Verdú

No se esconden. Las peleas entre Aguirre y Ruiz-Gallardón tienen escenarios públicos. Estos son algunos de los casos más sonados donde han antepuesto sus intereses, sus "principios", dicen ellos, al "beneficio de los de los madrileños".

- Prado-Recoletos. Quizá una de las disputas más sonadas. Y todavía colea. Tras ceder en la batalla con Carmen Cervera y remodelar el proyecto para que no se tocase un solo árbol de la zona frente al Museo Thyssen, Gallardón tuvo que vérselas con Aguirre. La presidenta de la Comunidad hizo valer sus competencias sobre la zona declarada por el propio Gallardón como Bien de Interés Cultural y volvió a paralizar el proyecto. Aguirre quiere que se haga un túnel porque, pese a que no tiene competencias sobre movilidad, considera que la reforma congestionará la zona. Gallardón ha empezado los trabajos por los tramos que no están protegidos para forzar a la Comunidad a acelerar la aprobación del resto. Pero el Gobierno regional no está por la labor. No hay fecha para el desbloqueo.

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- Caja Madrid. La batalla por el control de la segunda caja de ahorros de España y la cuarta entidad financiera española también está siendo sangrienta. El resultado, de momento, es que su presidente, Miguel Blesa, es una figura cuestionada tanto por Aguirre como por el secretario general del PSM, Tomás Gómez, lo que añade interinidad a su mandato. Y ahora, que pueden surgir las grandes oportunidades de fusiones, puede ser un handicap para la caja y para sus clientes.

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- Serrano, capítulo uno. No es raro que las disputas entre Comunidad y Ayuntamiento terminen en los tribunales. El 8 de abril de este año, Aguirre denunció ante la fiscalía la tala de 31 árboles de la calle de Serrano por parte del Consistorio. No en vano, dicen sus colaboradores, fue concejal de Medio Ambiente en el Consistorio "y tiene predilección por estos temas".

- Serrano, capítulo dos. "Obra paralizada por las exigencias de la Comunidad de Madrid". Eso reza el cartel que el Ayuntamiento ha colgado en la puerta de Alcalá para justificar la paralización de la reforma de Serrano. Todavía no se sabe cuando el Gobierno regional dará luz verde a una de las obras más importantes de la legislatura y que está causando enormes molestias a vecinos, comerciantes y paseantes de la zona. Tras 15 días de conflicto, Comunidad y Ayuntamiento se reunieron por primera vez la semana pasada.

- El control del metro. Aguirre y Gallardón se disputaron el control del consejo de administración de Metro. Sobre la mesa, una amenaza del alcalde: o se llega a un acuerdo o sacará del Consorcio Regional de Transportes a Metro y a la Empresa Municipal de Transportes (EMT). Eso habría roto, por primera vez desde 1985, la política de unificación de tarifas y gestión conjunta del transporte público madrileño entre Comunidad y Ayuntamiento.

Finalmente, en abril de 2004 se llegó a un acuerdo. Fue el primer gran pulso de gestión que le echaba Aguirre a Gallardón. Y también la última batalla que consiguieron arreglar en una mesa antes de la guerra fratricida.

- Privatizar el agua. Uno y otro se enteraron de las intenciones que tenían por la prensa. Como ya es habitual últimamente. El 16 de septiembre de 2008, Aguirre anunció que privatizaría el 49% del Canal de Isabel II. Según ella, así los madrileños tendrían la posibilidad de ser propietarios de parte de la empresa (antes lo eran de toda).

Gallardón contestó que rescindirá el convenio que suscribieron el Canal de Isabel II y el Ayuntamiento en 2005. Entonces, el Consistorio cedió la gestión de los servicios de saneamiento por un importe de 920 millones de euros durante los próximos 31 años. Sin el Ayuntamiento, la infraestructura del Canal vale bien poco. El conflicto sigue abierto.

- Coches en la Casa de Campo. La disputa puede parecer pequeña, pero ilustra el nivel de la gresca. Gallardón decidió cerrar el tráfico en el gran pulmón madrileño. Pero los Ayuntamientos de Pozuelo y Boadilla del Monte (ambos con políticos imputados por el caso Gürtel) protestaron porque sus vecinos atajaban por ahí para ir y venir de Madrid. Aguirre se puso del lado de los municipios y amenazó con una guerra competencial. Pero Gallardón se cerró en banda y borró los coches del gran parque.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona en 1980. Aprendió el oficio en la sección de Local de Madrid de El País. Pasó por las áreas de Cultura y Reportajes, desde donde fue también enviado a diversos atentados islamistas en Francia o a Fukushima. Hoy es corresponsal en Roma y el Vaticano. Cada lunes firma una columna sobre los ritos del 'calcio'.

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