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Una empresa en crisis deja sin clase a 5.200 alumnos de centros culturales municipales

156 educadores se quedan sin trabajo

Patricia Ortega Dolz

La crisis económica de Art-Stij, SL, una empresa de formación contratada por el Ayuntamiento de Madrid, ha dejado en la calle a 156 educadores y a más de 5.200 alumnos sin clase, después de que el Consistorio decidiera cerrar los seis centros culturales gestionados por esa empresa en el distrito de Fuencarral-El Pardo. La empresa, cuyos responsables están en paradero desconocido, dejó de pagar las nóminas de sus trabajadores el pasado abril, además de acumular una deuda con la Seguridad Social y no abonar al Ayuntamiento el canon por la autorización de uso de los centros públicos.

El Ayuntamiento devolverá la cantidad pagada por los usuarios de los centros o bien les ofrecerá un trimestre gratuito de clases el próximo curso. Pero considera que la situación de los trabajadores, que ni siquiera han recibido carta de despido y que encontraron cerradas las puertas al ir a sus clases, es algo que debe resolver la empresa que los contrató, Art-Stij.

Rosa Olmos, que figura como administradora de la empresa en los documentos que obran en poder del concejal de Coordinación Territorial, José Manuel Berzal, asegura que ella vendió la empresa hace nueve meses al desaparecido Carlos Gumersindo Álvarez Pérez y que ya no tiene nada que ver con Art-Stij. Sin embargo, una sentencia de abril pasado vincula directamente a una empresa de Olmos (Arge Formación) con Art-Stij.La semana pasada, Amaia Sans, profesora de pintura desde hace tres años en el centro cultural Rafael de León, del distrito de Fuencarral-El Pardo de Madrid, llegó a dar sus clases como de costumbre. Llevaba ya un mes sin cobrar, pero, igual que otros 155 educadores, había decidido seguir yendo a dar sus clases "para no dejar colgados a los alumnos y esperar una explicación por parte de la empresa o del Ayuntamiento". Estos 156 profesores imparten clases a más de 5.200 alumnos en los seis centros culturales públicos del citado distrito, gestionados por la empresa Art-Stij, SL, contratada por el Ayuntamiento.

La explicación nunca llegó, pero el pasado día 11 ni alumnos ni profesores pudieron acceder a ninguno de los seis centros (Rafael de León, La Vaguada, Alfredo Krauss, Valle-Inclán, Valverde y Alfonso XII), porque habían sido suspendidos los talleres y clases de idiomas (en cada centro suele haber unas treinta actividades), a las que asistían más de 5.400 alumnos que ya habían pagado el último trimestre por adelantado. Y se quedaron todos en la calle.

Una "nota informativa" en el tablón de anuncios con el sello del Ayuntamiento de Madrid y el membrete de la Junta Municipal de Fuencarral-El Pardo anunciaba "la suspensión de la autorización de 'cesión de uso de las instalaciones de los centros culturales para la realización de cursos y talleres', que ostentaba desde julio de 2002 la sociedad mercantil Art-Stij, SL, ante el gravísimo incumplimiento de sus obligaciones respecto de los usuarios de los servicios culturales, de sus propios empleados (monitores) y del mismo Ayuntamiento".

Política de hechos consumados: ninguno de los afectados, ni profesores ni alumnos, han sido informados o consultados sobre esta medida unilateral del Consistorio, salvo el mismo día en el que se encontraron con las puertas de los centros cerradas. Desde entonces, ya no hay clases y los monitores, sujetos únicamente al Estatuto de los Trabajadores porque no tienen convenio colectivo, siguen acudiendo a su lugar de trabajo porque ni tienen carta de despido, ni pueden ir a darse de alta en el paro, ni se les ha informado sobre su actual situación.

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El Ayuntamiento de Madrid, que asegura que no tiene ninguna relación laboral con los monitores porque fue Art-Stij la que los contrató, sí se ha apresurado a ofertar a los alumnos el reembolso del dinero pagado, o bien un trimestre gratuito el curso próximo.

"La empresa ha dejado de pagar a los trabajadores, a la Seguridad Social y el canon al Ayuntamiento por la autorización de uso del espacio del centro", explica el concejal de Coordinación Territorial, José Manuel Berzal. Según el edil, la empresa ganó el concurso público hace dos años cumpliendo todos los requisitos y estando al corriente de pago en la Seguridad Social. Berzal asegura que ha sabido ahora que hay sentencias contra la empresa "relacionadas con despidos hace años", y que hace tres años la misma empresa tuvo problemas en un centro de Alcalá de Henares, donde el alcalde del municipio destituyó a una concejal por contratar los servicios de Art-Stij.

Responsables desaparecidos

Los responsables de la empresa están en paradero desconocido. Ni el concejal, ni los monitores de los centros, ni las telefonistas que atienden en sus oficinas dicen saber nada de ellos. La persona que obtuvo la concesión del Ayuntamiento en su día, Rosa Olmos Larrea, como administradora de Art-Stij, asegura que ya no tiene nada que ver con la empresa porque se la vendió al desaparecido Carlos Gumersindo Álvarez Pérez hace nueve meses, pese a que en los documentos que obran en poder del concejal y en las páginas de Internet del Registro Mercantil aparece ella como principal administradora, y Álvarez Pérez, como ex administrador de otra empresa denominada Garifo, SA. "La deuda de la Seguridad Social se debe a que antes no se cotizaba por el 100% del salario de los trabajadores, porque el convenio de educación no reglada lo permite", asegura Olmos.

Según Berzal, que dice que el Ayuntamiento va a iniciar acciones legales contra Art-Stij, hay una sentencia del pasado 15 de abril que falla que hay relación directa entre dicha empresa y la que actualmente regenta Rosa Olmos (Arge). Ella asegura que dicha sentencia tiene que ver con hechos anteriores a la venta de Art-Stij.

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Sobre la firma

Patricia Ortega Dolz
Es reportera de EL PAÍS desde 2001, especializada en Interior (Seguridad, Sucesos y Terrorismo). Ha desarrollado su carrera en este diario en distintas secciones: Local, Nacional, Domingo, o Revista, cultivando principalmente el género del Reportaje, ahora también audiovisual. Ha vivido en Nueva York y Shanghai y es autora de "Madrid en 20 vinos".

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