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Reportaje:

El enemigo en casa

Los apoyos que tiene el alcalde entre sus concejales de distrito le dejan en clara minoría con Aguirre - Latina es el último bastión político de Gallardón

Daniel Verdú

El pasado 28 de octubre, en medio de la tormenta desatada por la entrevista del vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo, Alberto Ruiz-Gallardón tuvo la oportunidad de hacer un retrato de los apoyos que tiene entre sus concejales territoriales. Es posible que lo intuyese, pero ese día, a mano alzada, se fueron significando uno a uno al pedir la cabeza de su mano derecha por aquella entrevista. Esa mañana quedó claro quién está con Aguirre y quién está con él. Y el resultado es inquietante para Gallardón. Fueron 13 concejales de distrito con la presidenta y seis con el alcalde. Añadiendo a esa reveladora lista, además, que dos aguirristas como Álvaro Ballarín (Moncloa) o Carmen González (San Blas) no acudieron a la cita.

El PP regional no convocaba elecciones en Latina desde hace ocho años
La presidenta regional gana al alcalde 15 a 6 en ediles territoriales

Pero si la instantánea se hace tomando en cuenta cuántas agrupaciones de distrito las presiden personas afines a Gallardón, el alcalde todavía sale peor parado. En muchos casos, el presidente del partido en el distrito y el concejal que se sienta en la bancada popular del Ayuntamiento no coinciden. La diferencia es que uno controla la gestión de ese territorio y el otro el poder político del partido. En ese apartado, los apoyos a Gallardón quedarían reducidos a tres distritos (Latina, Barajas y Vicálvaro), de los cuales solamente uno puede considerarse incondicional a él: Latina. El resto de concejales que se significaron a favor de Cobo (Centro, Ciudad Lineal y Tetuán) no presiden el partido en esas zonas de la capital.

Un panorama desolador para un alcalde que decidiese echar un vistazo a la lealtad de sus colaboradores. Para un regidor, claro, que no fuera el de un partido sumido en una lucha fratricida como el PP de Madrid. Ése es, en suma, el resultado de unas listas configuradas a retales a modo de Frankenstein entre la dirección nacional del partido, Aguirre y Gallardón. Cada uno tiene su cuota a la hora de confeccionarlas y los odios que se profesan ambos bandos quedan reflejados en votaciones como en la que se decidió la suerte de la cabeza de Cobo. Precisamente, ese día, José Manuel Berzal, presidente de la agrupación de Latina, reprochó al concejal Ángel Garrido (aguirrista y encargado en la ejecutiva regional de los distritos) la situación de casi interinidad a la que ha sometido el PP a la agrupación que preside.

Porque como en Asterix, hay un pequeño reducto entre los 21 distritos de Madrid que resiste a la fuerza del partido regional. El único posicionado neta e incondicionalmente a favor de Alberto Ruiz-Gallardón. El sitio donde Manuel Cobo, mano derecha del alcalde, decidió presentar su candidatura contra Esperanza Aguirre para presidir el PP regional en 2004. Y el único distrito de Madrid que no ha tenido elecciones desde que Aguirre llegó a la presidencia. ¿Por qué? Nadie lo entiende.

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Según los estatutos del partido, cada tres años deben celebrarse las asambleas generales ordinarias para elegir al presidente del distrito. De hecho, desde que Aguirre se hizo con la dirección del partido, todos han tenido sus comicios. Latina, sin embargo, lleva ocho años esperando la oportunidad de poder volver a elegir a su presidente. El partido asegura que se celebrarán el 17 de diciembre, pero no es la primera vez que en Latina reciben una promesa así.

Berzal, coordinador territorial y hombre ligado incondicionalmente a Cobo y Gallardón, es el presidente de ese distrito desde 1996. Enfrente ha tenido a hombres como Alberto López Viejo o Sigfrido Herráez. Hoy, en principio, no parece que haya una oposición clara que pueda hacerle sombra (Begoña Larrainzar podría ser la encargada de recuperar el distrito para Aguirre), pero quiere legitimar su presidencia con unas nuevas elecciones. En el partido niegan que la situación se deba a ningún hecho en concreto. Y mucho menos, dicen, a que Berzal esté tan vinculado al alcalde. El caso es que se han consumido dos mandatos legales sin urnas.

"La situación que hemos vivido es anómala. Aguirre, como presidenta del partido, no nos ha convocado elecciones como exige el reglamento, y pensamos que es debido a que Berzal es una persona leal a Gallardón y a Cobo", critican fuentes del PP de dicho distrito, que ganó en las últimas elecciones municipales con el 54% de los votos. Obviamente, esa significación gallardonista se enmarca dentro del comité ejecutivo del partido en Latina. Entre los 2.600 afiliados, el reparto de simpatías hacia el alcalde y la presidenta está más dividido.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona en 1980. Aprendió el oficio en la sección de Local de Madrid de El País. Pasó por las áreas de Cultura y Reportajes, desde donde fue también enviado a diversos atentados islamistas en Francia o a Fukushima. Hoy es corresponsal en Roma y el Vaticano. Cada lunes firma una columna sobre los ritos del 'calcio'.

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