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La escuela concertada se para, pero poco

Un 17% de los profesores sigue la huelga - El Supremo apoya sus reivindicaciones

Los profesores de la escuela concertada vivieron ayer su primera jornada de huelga en los últimos 23 años. Los cerca de 25.000 docentes que trabajan en estos centros estaban llamados a parar ayer por el sindicato mayoritario FSIE (Sindicato Independiente de Enseñanza). Lo hicieron, según la patronal mayoritaria FERE (Federación Española de Religiosos de Enseñanza), unos 4.000 profesores (un 17%). La consejería estimó, sin embargo, el seguimiento en 200 docentes (un 0,82%).

En algunos "hicieron huelga todos los profesores", según el representante sindical Miguel Muñiz. "Y en otros, no la hizo nadie". Ningún colegio de los 524 de la región tuvo que cerrar a causa de la huelga, puesto que se habían fijado unos servicios mínimos del 30%. Sí se notó el agobio en algunos centros, como en el Obispo Perelló (Ciudad Lineal) o cambios en horarios de ciertas actividades, como en La Inmaculada Marillac (Chamberí).

Los convocantes se mostraban "sorprendidos positivamente" por la respuesta. "Hacía 23 años que no se convocaba una huelga en la concertada. Y éste es un sector muy inmovilista", opina Muñiz. El motivo de queja de los docentes es que la Consejería va a incumplir un acuerdo que firmó con ellos en 2008. En él se comprometía a incrementar de forma paulatina sus salarios (ganan un 10% menos que los maestros de la pública). La consejera, Lucía Figar, explicó que los aumentos de sueldo pactados se han pagado íntegramente hasta este año y que el retraso que se ha fijado para 2010 se debe a la crisis económica.

El Tribunal Supremo ha dado su apoyo a otras de las reivindicaciones salariales de los profesores de la concertada, en este caso de CC OO y UGT. En una sentencia dada a conocer ayer, confirmó el fallo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid que condena a la Comunidad a pagar unos complementos que les debe desde un acuerdo del año 2005 y que pretendía "absorber" en los incrementos salariales. Los sindicatos valoran la deuda en 40 millones de euros.

PROFESORES: "Cobramos un 10% menos"

"Yo, para que no se note no lo hago", decía una profesora del colegio Nuestra Señora de las Delicias que pedía no revelar su nombre. El centro estaba tranquilo. Ni un signo de la huelga de profesores que, según contaban los docentes, no estaba siendo muy seguida en ese colegio del distrito de Delicias. "No se avisó con tiempo", comentaba otra maestra.

"En realidad es que la gente se ha echado atrás", explicaba, sin embargo, la primera. Las dos compartían las reclamaciones de sus compañeros huelguistas. Esta misma situación se vivía en distintos centros de la región, en los que el funcionamiento lectivo fue normal, según la patronal mayoritaria, la Fere. "El personal de estos colegios está muy implicado", opinaba su portavoz, Emilio Díaz. "Quizá por eso muchos han querido mantener las actividades".

En la sala de profesores del colegio María Inmaculada, en Chamberí, los que no habían ejercido su derecho a la huelga daban sus razones: "La falta de información", el "poco seguimiento" o el "no estar de acuerdo con todas las reclamaciones".

Pero no todos se quedaron en el aula. Varios centenares de los docentes que hacían huelga se movilizaron por la mañana, entre Alcalá y Sol. "Nos pagan hasta un 10% menos que a los profesores de escuelas públicas", opinaba Delia, una de las asistentes. Los manifestantes lamentaban las malas condiciones laborales y los altos ratios de alumnos por clase.

PADRES: "Me afecta, pero lo entiendo"

"Si piden mejoras de la enseñanza y de las condiciones de los profesores estamos de acuerdo", afirmaba José Luis Pazos, portavoz de la Federación de APA de la Comunidad de Madrid, Francisco Giner de los Ríos. "Pero nos gustaría que antes de hacer huelga, se pusieran de acuerdo los sindicatos".

Las asociaciones de padres y madres de alumnos no percibieron repercusiones importantes para los estudiantes durante los paros de ayer. Tampoco los familiares que iban a recoger a sus niños al colegio tenían apenas quejas. "Ningún problema", afirmaban la mayoría de los que sabían que ayer era día de huelga. Otros tantos, no tenían "ni idea".

"¡Pero haberlo avisado!", se quejaba Dania, madre de una alumna del Inmaculada Marillac, cuando le comunicaban que iba a alterarse el horario de la clase de baile. "Se ha decidido ahora", se disculpaba la encargada de la recepción.

"Claro que nos afecta. Si no hubiera clases sería un problema, porque trabajamos", opinaba otra madre, Susana Lorencali, del colegio Obispo Pere-lló. "Pero tal y como están las cosas, lo entiendo", añadía.

Las asociaciones de padres también se mostraban comprensivas con el problema de fondo. "Y sabemos que no va a repercutir en el desempeño de sus obligaciones", opinaba Eduardo García, portavoz de la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos (CONCAPA).

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