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EXPOSICIONES | La semana por delante

Los espacios vacíos de Oteiza

La escultura de Jorge Oteiza (Orio, Guipúzcoa, 1908-San Sebastián, 2003) es una búsqueda constante de la depuración más absoluta de la obra de arte. El reconocimiento mundial le llegó en 1957, año en el que fue premiado en la Bienal de São Paulo con una obra titulada Propósito experimental, pieza que supone un punto de inflexión en la obra del artista vasco y que le lleva a su momento de mayor plenitud. De ese periodo son las casi 40 obras que integran la exposición Los límites de la transparencia, que hasta el 25 de abril se puede ver en las salas de exposiciones de la Fundación Canal (Mateo Inurria, 2). Pilar Oteiza, sobrina del artista, es la propietaria de esta colección y comisaria de la exposición. En las salas interiores se exponen 34 piezas y en los jardines exteriores cuatro esculturas de gran formato, entre ellas Homenaje a Mallarmé. Todas son piezas de formas geométricas con las que desemboca en sus famosas cajas vacías y metafísicas. En ellas, Oteiza hace una relectura del espacio y aprovecha para homenajear a los autores que más le influyeron a lo largo de su vida: Leonardo da Vinci, Fray Angelico, Malevich, Mondrian, Kandinsky y Rodchenko.

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