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Una fachada más en La Cornisa

El Museo de Colecciones Reales, de 45.000 metros cuadrados, oculta la Almudena

Al Palacio Real le ha salido un nuevo vecino. Es el museo que construye Patrimonio Nacional para mostrar su ingente colección de tapices y objetos artísticos. Para permitir este edificio se ha eliminado la alta protección urbanística de la zona. La fachada, de 150 metros, se despliega desde la explanada que separa el palacio de la catedral de la Almudena y llega hasta la cuesta de la Vega. Oculta parcialmente el templo y hunde sus cimientos sobre una pequeña parte del Campo del Moro. El paisaje de la cornisa del Manzanares ha cambiado.

La sede del Museo de Colecciones Reales, que se inaugurará en 2014 si no se producen más retrasos, tendrá 45.000 metros cuadrados. Los 40 de altura hacen que tres de las seis plantas oculten parte de la fachada oeste de la Almudena. Para levantar el inmueble, el Gobierno central ordenó al Ayuntamiento en 2005 que modificara el Plan General de Ordenación Urbana. Una orden inusitada que alteraba el principio general: son los edificios los que deben amoldarse al planeamiento urbanístico, y no a la inversa.

El cambio de normas contó con el visto bueno del Ministerio de Cultura y la Comunidad de Madrid. Las modificaciones se sometieron a información pública y hubo alegaciones. "Ha sido un procedimiento transparente", asegura una portavoz de Patrimonio Nacional -organismo dependiente del Ministerio de la Presidencia dedicado a administrar y gestionar los bienes cedidos al Estado por la Corona, que mantiene su derecho de uso-. Al revés de lo ocurrido en torno a otro proyecto en la cornisa del Manzanares -el minivaticano que promueve la Iglesia en Las Vistillas y contra el que ha fallado la justicia en primera instancia- en este caso no ha habido movilización vecinal en contra.

El Museo de Colecciones Reales, de accidentada historia, nació en un Consejo de Ministros a finales de 1998. Era el cuarto intento.Pocos meses después de su creación oficial, cuando corría el año 1999, Patrimonio convocó un concurso de arquitectos para seleccionar el proyecto que albergaría el museo. Eligió un edificio de 33.000 metros cuadrados soterrado bajo la explanada que separa la catedral de la plaza de la Armería, obra del estudio Cano Lasso. Pero uno de los más de 40 participantes recurrió y la iniciativa quedó paralizada. En 2002, una sentencia de la Audiencia Nacional obligó a repetir la selección. El primer diseño elegido quedó apeado.

Finalmente, ganó el proyecto de los arquitectos Emilio Tuñón y Luis Moreno Mansilla, autores de obras como el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (Musac) y que serían galardonados con el prestigioso premio Mies van der Rohe de la Unión Europea en 2007. Suyo es el edificio que se levanta ahora. Al seleccionarlo, Patrimonio lo definió como "solemne, austero y de gran nobleza".

La construcción de este inmueble en altura ha requerido cambios urbanísticos de calado, realizados a instancias de Patrimonio Nacional. El Ayuntamiento ha retirado la protección a un terreno de 10.717 metros cuadrados repartidos en tres parcelas afectadas por el museo, según se publicó en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid el 12 de febrero de 2007.

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En la primera, el área de la catedral, 4.192 metros han perdido su carácter de equipamiento singular religioso y monumento singular de nivel 1 (el más alto). En la plaza de la Almudena (la explanada entre la iglesia y la verja del Palacio Real), se ha desprotegido una franja de 1.055 metros cuadrados en la zona donde se asentaba la estatua de Felipe II. La escultura sale malparada: ha dejado de ser "elemento urbano singular con nivel de protección histórico artístico" para permitir su traslado -realizado hace tiempo-, algo que prohibía el plan de urbanismo. En la zona que ocupaba la estatua junto al talud se situará la entrada al museo, que tendrá un mirador hacia el Campo del Moro. "Madrid ha perdido uno de los lugares afortunados que tenía", lamenta Vicente Patón, responsable de la asociación Madrid Ciudadanía y Patrimonio, muy combativo en la defensa de Las Vistillas y una de las voces críticas contra el museo. "Se está construyendo en el lugar menos indicado", sostiene.

En los jardines del Campo del Moro, 5.470 metros cuadrados han perdido su marchamo de zona verde singular y parque histórico con máxima protección. Como las parcelas anteriores, pasa a ser un espacio para "equipamiento singular cultural sin protección". La construcción del museo, cuya base tiene 60 metros de ancho -un tamaño que en las plantas más altas se rebaja a 16- ha obligado a retirar casi medio centenar de árboles (sobre todo plátanos) del Campo del Moro. Patrimonio asegura que se ha replantado una docena. El jardín ha perdido además un estanque y una zona de rocalla, según ha denunciado Ecologistas en Acción.

Otro cambio incluido en la recalificación municipal, previsiblemente sin repercusiones, es el que afecta a la explanada de 7.529 metros entre el Palacio Real y los jardines de Sabatini: se mantiene como no edificable, pero pierde su alta protección.

Aunque quede lejos el día de su inauguración, el Museo de las Colecciones Reales ya forma parte del paisaje de la cornisa entre la cuesta de la Vega y el Palacio Real. Hay menos árboles y más cemento.

"Siempre choca un edificio nuevo en un sitio histórico", conceden en círculos próximos a Patrimonio Nacional. Confían en que el impacto actual quede amortiguado cuando se instalen las placas de granito que, a modo de celosías, recubrirán la fachada, que tendrá un tono similar a la del Palacio Real. "El museo se mimetizará con los edificios colindantes", aseguran.

Este periódico intentó, reiteradamente y sin éxito, conocer el punto de vista de los arquitectos Tuñón y Mansilla. En la memoria del proyecto aseguraban: "El museo se comporta como un gran zócalo de lo que se conoce como acrópolis de Madrid y no pierde la idea de muro de contención al integrarse en esa cornisa tan característica de Madrid".

La opinión de Ecologistas en Acción es bien distinta. "Resulta chocante que Patrimonio Nacional haya procedido a levantar tamaño edificio", que afecta tanto a una zona verde como "al paisaje plasmado por Francisco de Goya". Eso decía la carta que el portavoz de la asociación, Juan García Vicente, entregó hace dos semanas en el registro del organismo dependiente de Presidencia. En ella se califica el inmueble del museo como "un referente desgraciado para toda esta zona de Madrid" y como "un mal precedente" para el futuro de Las Vistillas -el Ayuntamiento ha recurrido la sentencia que prohíbe al arzobispado levantar edificios en esa zona, al otro lado de la calle de Segovia-. El museo ha menguado la vista desde ese mirador hacia el norte.

En Patrimonio Nacional ponen el acento en la utilidad del edificio. "Es muy versátil. Permite una excelente circulación de las obras de arte y responde a la necesidad de estar al servicio de los ciudadanos y mostrar las colecciones", afirma la portavoz del organismo. Esta entidad que gestiona los palacios reales solo exhibe la mitad de los 3.000 tapices de que dispone. En el nuevo emplazamiento se podrán mostrar unos 80 de forma simultánea. Está previsto que las piezas roten. El museo acogerá, amén de objetos ornamentales y suntuarios -Patrimonio atesora 154.000 piezas-, la importante colección de carruajes que décadas atrás se mostraba en la zona del Campo del Moro.

Pero el público tardará aún en poder disfrutar de esos fondos. Si se cumple el calendario más actualizado, Patrimonio Nacional inaugurará el edificio en 2014 y con sobrecoste, sobre todo por los retrasos. Los 60 millones de euros previstos en un principio ya se han gastado y el presupuesto final está en 130 millones. O más, si surgieran "problemas de última hora" o se rebajara la aportación presupuestaria anual del Ministerio de la Presidencia por los recortes a que obliga la crisis económica.

El Museo de Colecciones Reales estará en servicio al menos 15 años después de su creación. El Gobierno lo aprobó el 23 de noviembre de 1998, después de tres intentos fallidos (en 1935, 1950 y 1980), según dijo el entonces vicepresidente, Francisco Álvarez Cascos. "Esperamos que esta vez sea la definitiva", planteó.

Sí, pero no ha sido fácil. Hubo que empezar por los estudios de suelo y las excavaciones arqueológicas -iniciados en 1999-. Como era previsible en la zona más antigua de Madrid, afloraron, entre otras cosas, restos de la muralla árabe. El nuevo edificio los incorpora, tal como se comprometió Patrimonio Nacional. Esa ha sido una de las causas del retraso de la obra, iniciada a finales de 2006. Entonces se calculaba que estaría lista en 2012. Será al menos dos años después cuando madrileños y visitantes puedan recorrer las salas que albergarán las colecciones reales. Será en el nuevo vecino de La Cornisa.

El Museo de Colecciones Reales cubre en parte la fachada de la Almudena.
El Museo de Colecciones Reales cubre en parte la fachada de la Almudena.SAMUEL SÁNCHEZ

Una historia accidentada

- 1998. El Consejo de Ministros decide el 23 de noviembre la creación del Museo de Colecciones Reales. Es el cuarto intento, tras los de 1935, 1950 y 1980. El alcalde, José María Álvarez del Manzano, asegura que será un edificio "subterráneo".

- 1999. En mayo comienza la excavación para determinar las características topológicas y arqueológicas de la zona. Aparecen restos de las caballerizas del Alcázar de los Austrias, bajo la explanada entre la catedral y la plaza de la Armería, y de la muralla árabe. En total, unos 900 metros cuadrados de hallazgos. Se prevé que las obras del museo duren cinco años. En julio, Patrimonio, que ha recibido 47 propuestas de proyecto, selecciona siete equipos de arquitectos. Figuran los de cinco españoles: Ricardo Bofill, el equipo Martorell-Bohigas-Mackay, el estudio Cano Lasso (los hermanos Cano Pintos), Guillermo Vázquez Consuegra y el dúo Emilio Tuñón y Luis Moreno Mansilla. Los extranjeros son Zaha Hadid y David Chipperfield. Finalmente, Patrimonio, que desea "una obra sensata", elige por unanimidad el del estudio Cano Lasso. Es un cofre soterrado de 33.000 metros cuadrados. Otros dos proyectos -el de Tuñón y Mansilla y el de Vázquez Consuegra- se quedan en puertas. El primero, por incorporar una zona en torno a la catedral.

- 2000. El recurso de un arquitecto concursante obliga a paralizar los trabajos.

- 2002. La Audiencia Nacional ordena repetir el concurso. En noviembre el jurado elige el proyecto de Tuñón y Mansilla. Nuevos recursos vuelven a paralizar los trabajos.

- 2004. La justicia permite retomar el proyecto

- 2005. El Gobierno autoriza las obras del museo y ordena al Ayuntamiento que modifique el plan de urbanismo para poder construirlo.

- 2007. Se cambia la normativa urbanística con el visto bueno de todas las Administraciones. Patrimonio Nacional confía en abrir el museo en 2012..

- La inauguración se prevé en 2014. El coste previsto inicialmente, 60 millones de euros, se ha disparado a 130.

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