_
_
_
_
_

El frustrado aparcamiento de Alvarez de Castro ha costado 70 millones y 8 meses de atascos

Juan Antonio Carbajo

La calle del General Alvarez de Castro se abrió ayer al tráfico tras haber permanecido cortada durante ocho meses a causa de las obras de un aparcamiento subterráneo para residentes que finalmente no se llegó a construir. Los vecinos consiguieron con su protesta paralizar su realización, pero las arcas del Ayuntamiento de Madrid se han quedado sin cerca de 70 millones de pesetas. Más de 10 millones se llegaron a invertir en el desmonte de la calle y 55 millones de pesetas más en volver a dejarla como estaba.

No son los únicos gastos a los que va a tener que hacer frente el Ayuntamiento. Hay dos partes más en el litigio: la empresa Aiser, adjudicataria de las obras, y los 266 propietarios de las plazas del aparcamiento fantasma.El concejal de Circulación y Transportes, Eduardo Larraz, negocia con las dos partes. Larraz barajó ante los propietarios, por medio de una carta, dos alternativas: devolver con intereses el dinero invertido por los compradores, o esperar que el Ayuntamiento encuentre otra ubicación para el aparcamiento. Según Larraz, la intención municipal es buscar un nuevo emplazamiento dentro de la misma zona para no lesionar los intereses de los propietarios.

"El Ayuntamiento nos ofreció la devolución del dinero que pagamos por las plazas con un interés de 1,2% mensual desde el momento de la firma del contrato, pero la mayoría no hemos aceptado", explica Manuela Millán, una de las afectadas. "Hemos comprado una plaza de estacionamiento y eso es lo que queremos. Parece mentira que alguien diga que este barrio no necesita un aparcamiento si tienes que estar, una hora dando vueltas para dejar el coche". Los compradores abonaron hace dos años una media de 750.000 pesetas.

Los trabajos para la construcción del aparcamiento para residentes comenzaron el pasado mes de febrero y desde el primer momento la oposición vecinal se hizo patente. Tardaron un mes en conseguir que el pleno del Ayuntamiento paralizara unas obras que ya habían conseguido poner media calle patas arriba. El nuevo equipo de gobierno decidió finalmente en agosto desistir del proyecto. Los estudios encargados al efecto demostraban que la cimentación de algunos edificios se podría resentir con las obras.

El Ayuntamiento ha aprovechado los obras emprendidas de adecuación de la calle para hacer alguna mejora. Según Enrique Villoria, concejal de Obras, se han puesto todas las aceras nuevas y se ha instalado mobiliario urbano. El alcalde, Agustín Rodríguez Sahagún, acudió a la apertura de la vía, cuyo cierre ha afectado a miles de automovilistas y a tres líneas de autobuses de la EMT.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_