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Reportaje:Radiografía de los hospitales tradicionales I

Dos gigantes en peligro

El Gregorio Marañón y La Paz, los centros sanitarios más grandes de Madrid, pierden profesionales y dinero - Son los que tienen más médicos en precario

Primero fueron los nuevos. Inauguraciones con cadencia semanal. Corte de cinta y aplauso. Ocho hospitales con más hormigón que plantilla. Nacieron para acercar la asistencia a los ciudadanos, para aligerar la carga que sufren los grandes centros de referencia de Madrid. ¿Han solucionado la saturación? ¿Trabajan mejor ahora que ya no están solos? ¿Ha beneficiado a los pacientes?

EL PAÍS retoma hoy la radiografía de la sanidad con los dos hospitales más grandes de Madrid: el Gregorio Marañón, centro de referencia para 750.000 personas, y La Paz (820.000). Los nuevos centros, más que sumar, restan. Se han llevado profesionales y han dejado un trabajo similar, según sindicatos y plantilla. Los casos graves se derivan a los grandes, que han asumido durante meses parte de las urgencias de los recién estrenados. La Comunidad de Madrid pinta un panorama color de rosa. En respuesta escrita, asegura que "han influido muy positivamente" y "se ha minorado la carga asistencial". En el cuestionario remitido a EL PAÍS sólo facilitaron cifras globales, no los datos por hospitales que fueron reclamados insistentemente. Los gerentes del Gregorio Marañón y La Paz declinaron ofrecer su versión.

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Los que sí hablan, decenas de trabajadores encuestados, parecen descontentos. "No han contado con nosotros", protestan. Los más jóvenes, con contratos precarios, asumen las guardias. El Marañón y La Paz son los dos centros con más eventuales de la capital (226 y 248, respectivamente), según estimaciones de la Federación de Médicos y Trabajadores Sanitarios (Femyts). Un 30% de los médicos de los hospitales tradicionales renueva sus contratos cada tres o seis meses. "¿Crees que se puede atender bien a un paciente si estás todo el día preocupado? Necesitamos estabilidad", reflexiona uno de ellos. Sanidad mantiene en los foros públicos que no se han cerrado camas. Es una frase que repite habitualmente el consejero Juan José Güemes ante las cámaras. Pero en foros profesionales, tanto el gerente de Getafe como el del Gregorio Marañón prevén recortes de más de 100 camas en el primer caso y 870 en el segundo. La Paz ya ha cerrado 57.

El futuro de los cuatro gigantes -el 12 de Octubre, el Gregorio Marañón, el Ramón y Cajal, y La Paz- depende de unos planes funcionales gestionados por consultoras privadas sobre los que Antonio Burgueño, director de hospitales, aseguró recientemente que van a suponer un "proceso de jibarización". Todos bajarán del millar de camas a menos de 800 para convertirlos en "hospitales gestionables".

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También habrá recorte de fondos. Los dos hospitales más grandes de Madrid dispondrán de menos dinero el año que viene. Un recorte que aún no ha afectado, según los profesionales consultados, a dos de sus pilares fundamentales: la formación de futuros médicos y la investigación sanitaria. En el Gregorio Marañón hay inquietud. Puede que la formación se resienta, dicen. Pero aún es pronto para evaluarlo.

Los pacientes siguen prefiriendo los centros tradicionales. "Los consideran más hospitales, generan más confianza", asegura un médico. "Pero con estos cambios, la calidad asistencial se va a resentir", concluye.

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