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Entrevista:JAMES HUNTER | Cantante de 'soul'

"Se hace música sólo para abuelitas y preadolescentes"

De él siempre se recuerda aquella frase enfática que le dedicó su amigo Van Morrison, hombre poco propenso a los halagos: "James es el secreto mejor guardado del soul británico". En efecto, James Hunter (Essex, 1962) lleva más de dos décadas sobre los escenarios, pero sólo con los espléndidos People gonna talk (2006) y The hard way (2008) su nombre se ha hecho familiar entre los seguidores de Sam Cooke, Jackie Wilson o Smokey Robinson, seguramente los tres cantantes que más le han influido.

Esta noche, en El Sol (22.00 horas, 23 euros), Hunter debuta por fin en suelo madrileño. Llega con la firme intención de corroborar que un artista de piel pálida también puede derrochar pasión y visceralidad en un estilo tan genuinamente negroide. Fuera del escenario, en cambio, gasta tanta retranca que se hace difícil advertir cualquier atisbo de solemnidad en sus palabras.

Pregunta. ¿Así que Van Morrison, el fiero león, también tiene su corazoncito?

Respuesta. Gasta tan malas pulgas como usted se imagina, pero no con la frecuencia que le atribuyen sus enemigos. En realidad, tiene un cierto sentido del humor y le encanta reírse de mí. ¡El muy bastardo!

P. Durante casi 20 años pasó inadvertido en el mundo de la música. ¿No temió haberse equivocado de oficio?

R. Sí, pero éste es el único en el que soy bueno, así que no disponía de muchas alternativas. Alguna vez he trabajado en otras cosas, pero no soy hombre de cumplir reglas ni horarios.

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P. Uno de esos empleos fue en los ferrocarriles británicos. ¿Ya canturreaba entonces, sudoroso y todo?

R. Ni que hubiese estado usted allí, porque una de mis primeras canciones se titulaba Empapado en sudor. Lástima que la haya olvidado. De todos modos, eso de sudar no va conmigo; yo soy del tipo perezoso.

P. ¿Por qué ninguna canción suya dura más de tres minutos?

R. Si eres Dylan, es lógico que todo el discurso de una canción no te quepa en ese tiempo. Pero en mi caso y en el de la mayoría, todo lo que exceda de tres minutos sobra. Muchos temas que duran más se limitan a repetir el estribillo una y otra vez.

P. ¿Usted escucha tanta música de los años 60 porque no cree que se haya grabado nada relevante después?

R. No diría tanto, pero es evidente que la música comercial ha perdido el rumbo. Ahora se alimenta de esos concursos televisivos que buscan unas interpretaciones técnicamente perfectas y olvidan cualquier sentido de creatividad o comunicación. Hoy sólo se hace música para preadolescentes y abuelitas, como si no hubiera más gente entre medias.

P. Entre las cosas que dice y ese gusto suyo por actuar con americana, le van a terminar tomando por un hombre chapado a la antigua.

R. No se crea nada. Fuera del escenario, mi indumentaria es tan desastrosa que la gente a menudo me tira calderilla. Mi mujer suele decirme que parezco un tipo al que hubieran impregnado de pegamento y vestido en una institución de caridad.

P. Ahora que ya se ha hecho casi famoso, ¿siente mayor tensión a la hora de escribir nuevo repertorio?

R. Sí, es una responsabilidad adicional y una presión saludable. Ahora me encuentro en pleno proceso, así que confío en que estos días de estancia en España me sirvan de inspiración.

P. Ésta es su primera gira española, pero en julio ya actuó en el BluesCazorla. Y cuentan las crónicas que la juerga en su camerino fue considerable...

R. Uf, no soy capaz de recordarlo, así que... ¡supongo que será verdad!

James Hunter. Sala El Sol. Hoy a las 22.00. 23 euros.

El músico británico James Hunter.
El músico británico James Hunter.

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