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Entrevista:JAVIER CORCOBADO | Poeta, músico y novelista

"La humanidad es lo peor, el mal gusto crece año a año"

Patricia Ortega Dolz

Javier Corcobado (Francfort, 1963). Poeta, músico, novelista o lo mismo en otro orden. Agitador de mentes y curtido explorador de la noche madrileña desde los años ochenta. Tras un año alejado de los escenarios de la capital vuelve hoy, cargado de palabras recitadas con músicas y ruidos del mundo, para presentar lo último que ha parido: A nadie.

Pregunta. A nadie... La verdad es que deja pocas opciones, ¿qué pasa: va sobrado o es que la humanidad es lo peor?

Respuesta. La humanidad es de lo peor, sin duda; basta con mirar a tu alrededor, y ver cómo va creciendo el mal gusto año a año. Y eso es lo más leve que puedo decir. Sin embargo, luego el trato de persona a persona me parece fascinante. Pero cuando se agrupan, empieza la podredumbre espiritual.

"Creía que si me vestía de mujer podría entenderlas mejor"

P. Parece que ha superado ya los 429 engaños [su grupo de los años ochenta].

R. Hace muchos años. Ya voy por seis millones de verdades.

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P. ¿Confesables?

R. Intento cantar cada vez más la verdad, aunque mezcle ficción y realidad. Me siento mejor diciendo verdades, en las canciones las encontrarás...

P. ¿Pero qué es "la verdad", la de El coño del mar?

R. Pues verdad es lo que uno cree que lo es, simplemente.

P."El príncipe del underground"... ¿Le dice eso algo sobre sí mismo?

R. Esos títulos nobiliarios, que vienen de la crítica musical, son divertidos a veces...

P. Dalí dijo que a los seis años quería ser cocinero y a los siete Napoleón y que desde entonces su ambición aumentó sin parar. Usted dijo que de pequeño quería ser cantante y después novelista de éxito. ¿Qué quiere ser ahora, de mayor?

R. De pequeño me aplaudían porque decían que me sabía muy bien las letras de las canciones, pero no me decían que cantaba bien. Estoy aprendiendo a cantar ahora. Y de mayor, quiero ser novelista, de gran éxito (ríe). Me gustaría escribir una novela de ciencia-ficción. He sido muy aficionado, sobre todo a J. G. Ballard y a Burroughs.

P.¿Lo de ser visto como atormentado es por usted mismo o por Tormenta [su guitarra]?

R. No, no me siento atormentado. He tenido mis momentos de tormento que se han podido reflejar en mis canciones. Pero, en general, soy bastante optimista y alegre en la vida real.

P.

El amor no está en el tiempo (2005)... ¿Y dónde esta?

R. El amor esta siempre: en ausencia o en presencia. Yo necesito hablar del amor, esté presente o ausente. Creo que es lo que mueve y remueve la poesía, la vida y la muerte.

P. ¿Y qué aprendió, si es que aprendió algo, de los excesos?

R. Ayudan a aliviar la curiosidad y una vez aliviada pues ya no hay por qué cometer tantos excesos, ¿no?...

P.¿Y qué venada le dio cuando se vestía de mujer hasta para ir a comprar el pan?

R. Puede parecer una estupidez, pero creía que vistiéndome de mujer de manera habitual podría entenderlas mejor y escribir desde su punto de vista. Creo que tengo una parte femenina importante y una de las cosas que más admiro en el mundo es a la mujer, es más evolucionado.

P.¿Le ha quedado, de su etapa de emigrado en Francfort, algún gusto por las salchichas?

R. En absoluto, nunca me han gustado. Nunca.

P.¿En qué anda enredado?

R. Lo que más me interesa es el escenario. Soy tímido y el escenario para mí es un reto atroz y, por otro lado, un lugar maravilloso donde me puedo expresar e hiperbolizar. Me siento con mucha fuerza y tengo una gran orquesta [Susana Cáncer, Alicia Alemán, Justo Bagüeste, Fino Oyonarte (de Los Enemigos) y Jesús Alonso].

P. ¿Está bien acompañado?

R. Tengo la suerte de estarlo casi siempre.

P. ¿Y de verdad reza incluso después de cagarse en Dios?

R. Yo le rezo al mar y creo firmemente en Dios. Nos insultamos, pero no llegamos a perdernos el respeto. Es condescendiente conmigo, Dios. Rezándole al mar no me siento ridículo.

P. ¿Y cómo reza?

R. Hablo con él. Le pido cosas, él me pide cosas a mí. Me da más él que yo a él. Necesito estar cerca del mar.

P.¿Por eso le atrapó Almería?

R. He estado viviendo seis años allí. Me atrapó lo que a todo el mundo: el desierto y el mar. He estado seis años viviendo entre los dos y escribiendo en ellos. Yo buscaba esa desolación cuando vivía allí. Pero luego la vida cambió y me fui.

P. La vida cambió... ¿Sola?

R. Sí, la vida cambia como quiere. Nosotros hacemos un poquito por modificarla, pero ella manda.

P. ¿Dónde vive ahora?

R. En Bilbao. En el Casco Viejo, desde diciembre. Estoy muy contento, pero vengo a Madrid constantemente

P. ¿Cuál es su Madrid?

R. El típico Madrid de los cielos de Velázquez. Caminar por las calles solitarias. Mirar los edificios; pasear desde plaza de Castilla a Atocha; el paseo del Prado, el Retiro en otoño, anocheciendo, entre semana que no hay nadie, y si llueve mejor...

P. Entonces, qué, ¿se va a morir mañana, por si acaso?

R. Sí, sí. Pienso que puede venir en cualquier momento y procuro disfrutar cada día lo que puedo. Por ejemplo, esta cerveza me va a saber a gloria.

Javier Corcobado. Hoy en la sala Heineken. 20.30. 12,80 euros.

Javier Corcobado, la semana pasada en el Café Comercial.
Javier Corcobado, la semana pasada en el Café Comercial.ÁLVARO GARCÍA
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Sobre la firma

Patricia Ortega Dolz
Es reportera de EL PAÍS desde 2001, especializada en Interior (Seguridad, Sucesos y Terrorismo). Ha desarrollado su carrera en este diario en distintas secciones: Local, Nacional, Domingo, o Revista, cultivando principalmente el género del Reportaje, ahora también audiovisual. Ha vivido en Nueva York y Shanghai y es autora de "Madrid en 20 vinos".

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