"No limitarme al típico rap y hacer lo que me apetece es parte de mi éxito"

El cantante de hip hop Ignacio Fornés, más conocido como Nach (Albacete, 1974), se encuentra en el vestíbulo del hotel con un colega alemán. No hablan el mismo idioma pero se chocan la mano y se entienden. Ambos conocen el lenguaje universal del hip hop: "Un punto de partida común que conecta a personas de culturas y países muy diferentes".

Este virtuoso de la rima actúa hoy por partida doble en el festival Kia Picanto Cultura Urbana. Por un lado a las siete dentro del proyecto europeo Diversidad y tres horas más tarde como broche del festival. "El primero es un concierto muy dinámico, con bailarines, con gente que recita en sueco, en bosnio, en inglés. Después mezclaré los temas de mi último disco, Mejor que el silencio, con algunos más clásicos. Va a ser un show con mucha energía". El festival es un viejo conocido para el cantante, que ha participado en tres de sus seis últimas ediciones.

A pesar de ser uno de los cantantes de hip hop más respetados del género en español, Nach reivindica que es un tipo corriente, fiel a su manera de ser, que ha podido convertir el rap, su pasión, en su trabajo. "Han pasado 17 años desde mi primera maqueta y es un viaje en el que me lo estoy pasando muy bien. Es un sueño de crío que me permite expresarme, viajar, conocer gente y vivir muchas cosas que con un trabajo más convencional no sería posible". Esas experiencias van desde actuar en América Latina hasta mantener un encuentro informal con internautas en la última edición de la Campus Party.

Nach rechaza las poses de rapero ante el fotógrafo, reniega de las afirmaciones rotundas y de las generalizaciones -"todo se puede flexibilizar, nada es blanco o negro"- y rehúye de los cánones que se presuponen al hip hop. Su último trabajo es un disco coral que incluye instrumentos de cuerda y en el que han participado el cantautor Ismael Serrano y el pianista Moisés Sánchez, entre otros.

"A veces se me ha criticado por salirme del típico rap más agresivo e irme a lados más sensibles de mí mismo, pero es mi naturaleza y parte de mi éxito. He intentado siempre no limitarme por lo que puedan pensar de mí, sino hacer lo que me sale y lo que me apetece", dice el rapero. Lo último que le salió fue colaborar en la banda sonora y la adaptación de Verbo, la nueva película de Eduardo Chapero Jackson que se estrenará en noviembre. Una película "arriesgada y hecha con el corazón" que en opinión de Nach está un poco inspirada en sus letras.

La crítica social es una de sus señas desde sus inicios. "Mientras el mundo se desploma y sucumbe gente inocente/ Otra cumbre del G-20 pero nada es diferente", es uno de los versos de la canción Tú, que forma parte de su último disco. La denuncia es un modo de "sacar desde dentro, desde el estómago lo que percibo y plasmarlo en un papel de la mejor manera que sé". En referencia al Movimiento 15-M afirma que es una "reacción lógica" y añade: "Por ahora es solo el principio de algo que nos llevará a otros estados y me parece positivo para demostrar que el pueblo no se calla y agacha la cabeza. Valoro sobre todo que es una protesta pacífica y civilizada".

Tras su paso por el Cultura Urbana le espera el festival En Vivo de Getafe, en septiembre, y una gira de más de 60 conciertos que incluye paradas en Portugal o en Hungría. "He aprendido a vivir el aquí y el ahora. Aunque voy creciendo en estado mental y cumpliendo años todavía tengo cosas que decir y sigo sintiendo las ganas de escribir".