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Reportaje:

Un lío para sor Asunción

Una madre denuncia que su hijo fue agredido en el colegio por compañeros. La directora lo niega y Educación investiga

A la salida del colegio, un grupo de niños se cruza con Daniel B., de 12 años, y le sueltan entre risas: "¿Qué chaval, te han vuelto a chamuscar el pelo?". La madre del crío, Cristina Álvarez, se para y da un bufido: "Todo el día igual, ¡encima le han puesto de mote El Chamuscas!". Hace dos meses el niño, que estudia en el colegio concertado Inmaculada Marillac (Chamberí) tuvo un encontronazo con un grupo de compañeros de 15 y 16 años ecuatorianos. Ocurrió en el patio del colegio.

Y a partir de ahí, las versiones son contradictorias. El niño asegura que los chicos ecuatorianos le golpearon, le escupieron y le quemaron el pelo con un mechero. Su madre lo denunció en la comisaría de Chamberí y tiene un parte médico del hospital Clínico que dice que Daniel tuvo un traumatismo abdominal sin consecuencias. La directora del centro educativo, sor Asunción, asegura, en cambio, que fue "un hecho puntual" y que los chicos ecuatorianos no son conflictivos en absoluto. La monja deja caer, y ésto lo corroboran varios alumnos y padres, que Daniel insultó a los ecuatorianos. La Consejería de Educación ha abierto una investigación para esclarecer lo ocurrido. Los estudiantes más mayores del colegio han escrito una carta en la que apoyan a sus profesores y afirman que el colegio Inmaculada Marillac, con un 43% de inmigrantes, es un ejemplo de convivencia.

En los últimos dos meses, sor Asunción, la directora, ha intentado calmar los ánimos entre las partes afectadas. "El niño está totalmente integrado en el centro y no se ha dado una situación de acoso. He dialogado con las dos partes para intentar una reconciliación y que se tengan respeto. Lo que ocurrió es un hecho aislado que no se ha vuelto a repetir", asegura Sor Asunción. "En el colegio se dan los problemas típicos de los adolescentes, pero nada fuera de lo común. Los chicos ecuatorianos no son en absoluto problemáticos", agrega la directora en su despacho.

Muchos alumnos afirman que la agresión no fue tal, sino simplemente pasó un rifirrafe y que al niño no le quemaron el pelo, sino que le pasaron de manera fugaz un mechero por encima de la cabellera.

Sobre lo que ocurrió el día de autos, el niño supuestamente acosado afirma que él estaba jugando "tan tranquilo" al fútbol y un chico ecuatoriano le dijo de repente: "¿Tú por qué me has insultado?". Y a partir de ahí, se armó el lío y, según el niño, los otros le pegaron. La madre ha denunciado en comisaría a cinco alumnos.

Daniel B. tiene cara de no haber roto nunca un plato, es castaño con pequitas y no llega al metro y medio de altura. Pero tras esta cara de ángel, para muchos compañeros, se esconde un auténtico demonio. "El niño se pasa el día insultando a los inmigrantes y buscando broncas. El colmo es que encima le estén echando la culpa a los otros", se queja un padre a la salida del colegio.

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¿Es verdad que les dijiste a los ecuatorianos "chupádmela, sudacas de mierda"? "Ya, eso dicen, pero no es verdad", contesta el crío. ¿Y el otro día hiciste un corte de mangas a un compañero? "No, que va, sólo le salude de lejos", dice mientras agita la manita. Su madre asiente: "Pongo la mano en el fuego de que mi hijo no provocó a nadie. ¡Pero si no dice palabrotas!". le defiende su progenitora. Y sobre los supuestos comentarios racistas, el niño afirma que tiene amigos de todas las nacionalidades y los enumera, ayudado por su madre: "Julieta de Argentina, Ryan que es filipino... ¡Ah¡ y Luisita que es china...".

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