En un lugar de Alemania...
Christiane Borowski nació en Delmenhorst. Es una frase que no invita a pensar en una escritora en español, pero esta mujer de Baja Sajonia (Alemania) se ha permitido un lujo del que pueden presumir pocos autóctonos, continuar el primer párrafo de El Quijote.
Es el broche a una vocación temprana por el español. A los 12 años vio en su ciudad una representación teatral de la novela de Miguel de Cervantes. Le gustó. Creció y estudió Filología Hispánica en su país. Creció otro poco y se fue a vivir a Madrid, con 30 años. "Lo hice por el amor al idioma. Suena cursi, pero es así", cuenta.
Es profesora de alemán en la Escuela de Idiomas de Alcorcón. Hasta hoy solo había publicado varios poemas en una revista literaria. Escribe "para el cajón", dice, y su deseo es hacer una novela. Adora El Quijote, aunque la primera vez que lo leyó tuvo sus problemas: "Al principio me costó, porque el sentido del humor cambia de un país a otro, pero es cuestión de poner la antena en otro número del dial".
Christiane también habla inglés e italiano. La escritura en español la ha pulido; hablarlo limpio se le resiste. Lo ha intentando "infructuosamente", dice por teléfono, dejando un poco agarrado el "...fructu". "Mi objetivo era pronunciar el español sin que se notase que soy extranjera, pero cuando empecé a aprenderlo ya tenía los músculos hechos al sistema fonético alemán", cuenta. No ha logrado hacer sonar bien del todo su idioma adoptivo. Pero ha conseguido medirse con Cervantes apellidándose Borowski.