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Reportaje:

Ese maldito soniquete

Cuatro de cada diez madrileños sitúan el ruido como uno de sus principales problemas

Jesús Sérvulo González

¿Quién dice que la marcha es divertida? Lo será para los que la disfrutan. Los vecinos que la sufren no hacen más que quejarse del ruido de los bares. La música que desprenden los locales de copas, las obras en plena calle, y el tráfico de vehículos sitúan a Madrid como una de las capitales más ruidosas de Europa.

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"El principal generador del sonido en las ciudades es el tráfico de los coches. Pero éste es el menos molesto de todos", explica Jorge Pinedo, de la asociación Juristas contra el Ruido. "Es una contaminación que tenemos asumida. La que realmente molesta es la que provocan los pubs, los botellones...", añade. Según la asociación, todos los fines de semana muchos vecinos presentan denuncias por este motivo.

La contaminación acústica se ha convertido en uno de los principales problemas de los ciudadanos. De hecho, cuatro de cada 10 madrileños dice sufrir problemas de ruido, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Éstos, son muchos afectados: unos 419.000. Y es que, vivir expuesto a un soniquete continúo hace la vida más difícil. "Un aumento del ruido de tres decibelios supone un incremento de las visitas a urgencias de un 5%", asegura Daniel Bernabéu, médico y miembro de la Plataforma Estatal de Asociaciones contra el Ruido (Peacram). "Una exposición continua puede provocar estrés, aumento de la presión arterial... y afectar a la salud", añade el médico.Además, según un informe del Centro Superior de Investigaciones Científicas, los niños que van a colegios situados en zonas ruidosas (industrias, aeropuertos, carreteras con mucho tráfico...), aprenden a leer más tarde, presentan mayor agresividad, peleas y riñas frecuentes, mayor tendencia al aislamiento... todo un problema.

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Y en Madrid es fácil encontrar algún foco de contaminación acústica. La multitud de obras que jalonan las calles de la ciudad han convertido el repetitivo pi, pi, pi, que emiten algunos camiones o excavadoras cuando dan marcha atrás en un sonido conocido por todos. Muchos otros vecinos han aprendido a vivir con el estruendo que hacen los vehículos en sus salones. Las calles de Madrid suenan a coches; 13 calles de la capital superaron el mes pasado el nivel máximo recomendado por organismos internacionales, fijado en 65 decibelios. El dato es significativo porque sólo hay estaciones de medición en 25 vías. "Esto supone que casi la mitad supera el límite", dice un ecologista. Las zonas más molestas son el paseo de Recoletos, glorieta de Gregorio Marañón, avenida de Ramón y Cajal y Santa Eugenia.

"La OMS sitúa a España como el país más ruidoso de Europa. No es de extrañar que haya muchas denuncias por estos casos", indica Pinedo, quien sostiene que "los ayuntamientos no son eficientes en la lucha contra la contaminación acústica". Por eso, el Ministerio de Medio Ambiente prepara una norma que desarrolle la ley del ruido.

El Ayuntamiento de Madrid lanzó en 2003 un plan para reducir los efectos de este tipo de contaminación. En los últimos tres años, el Consistorio ha realizado 40.513 inspecciones que han derivado en 2.436 expedientes sancionadores. Según los expertos, los datos son algo pobres y califican esta cifra como "ridícula" para una ciudad con más de un millón de hogares.

La concejal de Medio Ambiente, Paz González, detalla orgullosa que sólo durante el año pasado se realizaron 16.320 inspecciones, un 76% más que tres años antes. Pero la satisfacción de la edil no convence al presidente de Peacram, quien sostiene que "para valorar los datos habría que conocer el número de denuncias que han puesto los vecinos". Pero éstos no están disponibles, según una portavoz municipal. "Hay muchas denuncias que cuando llegan los agentes no se pueden comprobar", argumenta.

"Tampoco dicen que sólo hay un inspector de medio ambiente para cada tres distritos, ni que la Policía Municipal no tiene sonómetros", protesta Pinedo. El Consistorio rechaza la cifra: "Hay unos 200 inspectores", aseguran. El truco: suman a todos los funcionarios con competencias medioambientales.

Desde la plataforma contra el ruido se quejan, también, de que "la mayoría de los problemas los causan los bares y, sin embargo, en el informe municipal sólo hay 23 expedientes tramitados a estos locales". Una portavoz municipal justifica que el problema no está en los locales de copas, sino en el trasiego de gente. "En el ruido que provocan al entrar y salir del local", apunta. A pesar de la dificultad de sancionar estas actividades, los hosteleros deben andarse con ojo, porque ya existen sentencias contra el ruido de los pubs.

LAS CIFRAS DEL SONIDO

El 38,8% de los madrileños reconocen que sufren problemas de ruido.

Las calles más estrepitosas son: Recoletos, Gregorio Marañón, Ramón y Cajal y Santa Eugenia.

El Ayuntamiento de Madrid ha realizado 40.513 inspecciones por contaminación acústica en los últimos tres años.

En 2006, el Consistorio recaudó 2,6 millones de euros por sanciones relacionadas con el ruido.

Desde 2003, se han revisado 3.312 vehículos por contaminación acústica.

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Sobre la firma

Jesús Sérvulo González
Redactor jefe de Economía y Negocios en EL PAÍS. Estudió Económicas y trabajó cinco años como auditor. Ha cubierto la crisis financiera, contado las consecuencias del pinchazo de la burbuja inmobiliaria, el rescate a España y las reformas de las políticas públicas de la última década. Ha cursado el programa de desarrollo directivo (PDD) del IESE.

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