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La mayor lista de espera para operarse desde 2004

Más de 43.500 personas aguardan para entrar en quirófano.- Güemes asegura que sobran delegados sindicales en la sanidad madrileña

A pesar de los ocho nuevos hospitales, sus 1.759 camas y los 700 millones de euros que han costado, los datos de lista de espera quirúrgica no mejoran en la Comunidad de Madrid. Un total de 43.549 personas aguardan para entrar en quirófano, según las últimas cifras de la Consejería de Sanidad, a 30 de septiembre, colgadas en su web www.listadeesperamadrid.com. Es el peor número desde el mismo trimestre de 2004, cuando 54.032 aún no habían sido intervenidos. La cifra supone un aumento del 7,2% respecto a junio (con 40.626 pacientes)

La causa de 2.900 pacientes más, según un portavoz de la Consejería de Sanidad, es el "esfuerzo que se está desarrollando en la espera diagnóstica y de consultas", lo que ha generado un incremento de personas pendientes de una operación. Para el sindicato UGT el problema radica en la "falta de profesionales en los hospitales, en el cierre de 1.200 camas y en una mala planificación de los recursos".

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Las especialidades que acumulan más demora son traumatología (10.068), cirugía general y digestivo (8.816) y oftalmología (8.674).Para la Consejería de Sanidad el problema de las listas no es una cuestión de cantidad de pacientes, si no de tiempo de espera. "Lo importante es que ningún madrileño tarde más de 30 días en ser operado", indicó ayer un portavoz regional. Se trata de una promesa electoral de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, antes de llegar al Gobierno. De no cumplirla, Aguirre se comprometió a dimitir.

Para que los números cuadren, la consejería utiliza un singular sistema de cálculo. Los pacientes no forman parte de la lista cuando se les prescribe la operación, como pasa en el resto de España, sino cuando visitan al anestesista. Entre lo primero y lo segundo hay una demora media de 30 días. Así, a los 10 días de tiempo medio de espera a 30 de septiembre, hay que sumarle un mes, lo que daría un tiempo real de 40 días. Por esta particular contabilidad el Ministerio de Sanidad excluyó en diciembre de 2005 a la Comunidad de Madrid de su cómputo nacional de listas de espera.

El pacto de los 30 días desaparece con aquellos que rechazan operarse en un centro privado que les ofrece la consejería para cumplir sus plazos. Según los últimos datos, se ha incrementado un 11% los enfermos que prefieren esperar y operarse por lo público (14.567). Entre éstos, 175 personas esperan entre seis meses y un año para obtener quirófano. Un aumento del 600% respecto a junio, cuando esperaban 24 personas.

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Por otra parte, el consejero de Sanidad, Juan José Güemes, continúa su guerra contra los liberados sindicales. Recientemente ha dicho de ellos -representantes de los trabajadores que dedican a labores sindicales una parte o todo su horario laboral- que "viven sin trabajar" y que con su sueldo "se podría construir un hospital". La Comunidad llegó a difundir un vídeo en el que identificaba a cuatro liberados sindicales que protestaban en la visita del consejero al nuevo hospital Puerta de Hierro. Güemes aseguró ayer durante una conferencia en el Foro Nueva Economía que salen muy caros a las arcas públicas y que se propone reducir su número. Según sus cálculos, las horas que dedican a labores sindicales en la sanidad pública suman 1,4 millones de horas al año, el equivalente al trabajo de 918 personas a tiempo completo. En euros: 30 millones al año. "Más o menos cinco euros por cada uno de ustedes", dijo a los asistentes, entre los que se encontraban María Dolores de Cospedal, Cristóbal Montoro, Pío García Escudero y Manuel Lamela, entre otros.

Güemes precisó que el número de liberados "supera ampliamente el mínimo establecido por la legislación", e insistió: "Muy ampliamente". Por eso, dijo, ha propuesto a los sindicatos que están en la mesa sectorial de sanidad reducir su número antes de finales de año. "Es un coste muy difícil de asumir y más en estos momentos", añadió. El consejero habló de los liberados a preguntas de los periodistas tras su conferencia, titulada 'Sanidad pública de calidad'. Otra de las cuestiones fue si cree que el PSOE está detrás de las protestas sindicales. "No tengo ninguna duda", respondió sonriente. Le preguntaron también por cómo lleva esas protestas: "A mí los insultos y amenazas ni me ofenden ni me intimidan pero, creo que hay otra forma de hacer política en la que no hay lugar ni para insultos ni para violencia".

La charla del consejero estuvo dedicada a defender el modelo de sanidad que está implantando en la Comunidad de Madrid, del que niega que se base en la "privatización".

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