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Reportaje:RUTAS INSÓLITAS

Las melodías de Madrid

Recorrido por los lugares consagrados a los grandes maestros de la música

Francesco Manetto

Empezó Claude Debussy a finales del siglo XIX. El compositor definió la música como "el silencio que separa dos notas". Unas décadas más tarde, el genial John Cage fue más allá, intentando "escuchar el silencio" encerrado en una habitación insonorizada y ofreciendo conciertos mudos. De la misma manera, siguiendo la estela de esta inspiración paradójica, también es posible dar un paseo al compás de una melodía sin necesidad de desenfundar un reproductor MP3 portátil. A veces, basta con tener algunas ideas y ganas de descubrir la capital; por ejemplo, a través de algo tan evidente aunque poco conocido como los nombres de sus vías públicas. Un libro publicado recientemente por Ediciones Autor pone esta experiencia en bandeja. Calles de Madrid dedicadas a compositores, de Manuel Alonso del Hoyo, propone un recorrido por las historias y los lugares consagrados a más de 40 grandes maestros.

Emilio Arrieta fue profesor de Ruperto Chapí y de Tomás Bretón La calle que homenajea a Isaac Albéniz es una de las más cortas

De Albéniz a Chueca, pasando por Mozart, Manuel de Falla o Ravel, se podría repasar la historia de la música en tan sólo una tarde echando un vistazo al callejero. Quizá el lugar más idóneo para comenzar la ruta sea la calle de Arrieta. Situada en el lateral trasero del Teatro Real, representa uno de los homenajes de Madrid al compositor, de origen navarro, que contribuyó a afianzar la zarzuela a mediados del siglo XIX y llevó este género a su mayor auge. Emilio Arrieta, además, tras prosperar bajo la protección de Isabel II, fue maestro de Ruperto Chapí y Tomás Bretón, autores, respectivamente, del sainete lírico La revoltosa y de La verbena de la Paloma. Si les apetece pasear un rato y desde la plaza de Oriente deciden bajar hacia el paseo de la Florida pasando por la estación de Príncipe Pío, llegarán precisamente al paseo de Chapí, entre el parque de la Bombilla y el puente de los Franceses. Para encontrar la calle de Bretón, en cambio, habrá que alejarse del Madrid de los Austrias y bajar por la calle de Embajadores hasta cerca de la antigua estación de Delicias.

Entre las etapas de este recorrido musical, Alonso del Hoyo destaca también la figura de Federico García Lorca, que cuenta con un paseo en el distrito de Vallecas.

Si se quiere volver al centro, tal vez convenga saber que en Chamberí no hay calles dedicadas a compositores, aunque, muy cerca de ese barrio, es posible emprender una ruta temática centrada en Federico Chueca: a partir de la plaza central del barrio que lleva su nombre hasta visitar la torre en la que nació el compositor. Se trata de la torre de la Casa de los Lujanes, de estilo mudéjar, situada en la plaza de la Villa, uno de los conjuntos arquitectónicos más antiguos de Madrid. También es posible caminar por la Gran Vía, a manera de homenaje a la homónima zarzuela de Federico Chueca.

Entre los maestros extranjeros que dan nombre a algunas calles de la capital se encuentran Mozart, Ravel, Scarlatti o Boccherini. Merece la pena, por ejemplo, recorrer el tramo que separa la vía dedicada al autor de La flauta mágica, detrás del templo de Debod, y la calle de Scarlatti, en plena ciudad universitaria. O pasear entre las placas que recuerdan el compositor del hipnótico bolero y Manuel de Falla, uno de los músicos españoles más importantes de los últimos dos siglos junto con Enrique Granados y Albéniz. Por cierto, la calle que homenajea a Isaac Albéniz, entre la avenida de Portugal y el paseo de Extremadura, es una de las más cortas de Madrid. Como la vida de este compositor e instrumentista, que murió con menos de 50 años y sin embargo dejó una de las producciones más prolíficas de la tradición musical española.

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Calle dedicada a Emilio Arrieta. A la izquierda, uno de los laterales del Teatro Real; abajo, la placa que da nombre a la citada calle.
Calle dedicada a Emilio Arrieta. A la izquierda, uno de los laterales del Teatro Real; abajo, la placa que da nombre a la citada calle.CRISTÓBAL MANUEL

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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