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Una menor lleva 30 días retenida en la sala de inadmitidos de Barajas

La adolescente nigeriana logra un permiso temporal para quedarse en España tras denunciar que es víctima de una red de trata de mujeres

F. Javier Barroso

Una joven de unos 16 años se ha convertido en la persona que más ha permanecido en la sala de inadmitidos del aeropuerto de Madrid-Barajas. La mujer, de nacionalidad nigeriana, llegó hace 30 días a España, pero la policía no la dejó entrar en el país porque llevaba un pasaporte español falsificado. Ahora, la Delegación del Gobierno le ha concedido un periodo llamado de reflexión de otros 30 días, tras denunciar que era víctima de una red de trata de mujeres que la iba a obligar a prostituirse.

La joven llegó a Barajas el pasado 1 de abril en un vuelo procedente de Rumanía, adonde había llegado desde Nigeria. La policía inició los trámites de expulsión de España, pero el abogado de oficio que la asesoró consiguió parar la expulsión, ya que se trataba de una menor. Las pruebas radiológicas y de vello púbico y axilar practicadas por la forense arrojaron que la mujer tenía una edad de 18 años. Sin embargo, no aplicó la instrucción del Ministerio del Interior que obliga a introducir posibles márgenes de error en el cálculo de la edad. La joven mantuvo en todo momento que había nacido en 1995, por lo que tiene 16 años.

Una ONG protegerá a la víctima nigeriana en este periodo

A través de su abogado, el pasado 3 de abril pidió el asilo con ayuda, ya que carece de recursos para vivir por sus medios. La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), el Alto Comisionado de Naciones Unidas para el Refugiado (ACNUR) y el Defensor del Pueblo solicitaron que se le concediera protección. La Delegación de Gobierno en Madrid reconoció que era víctima de una red de explotación sexual. En la decisión ha mediado también el Ministerio de Igualdad, según explicó un portavoz de la delegación gubernamental en Madrid.

Hasta la fecha ninguna persona había permanecido tanto tiempo en la sala de inadmitidos de Barajas, según confirmaron ayer fuentes policiales.

Una especialista en redes de explotación a mujeres entrevistó a la joven nigeriana en la sala de inadmitidos para elaborar un informe favorable a su permanencia en España.

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Según el relato de la adolescente, su periplo por varios países comenzó al morir su madre. Al quedar huérfana, se trasladó a vivir con su tía. Pero meses después fue expulsada de la casa por haberse quedado embarazada.Según aseguró la joven, en casa de su tía había sido víctima de abusos sexuales por parte de la pareja de su tía, responsable de su embarazo. Sin hogar, quedó en la más absoluta indigencia hasta el punto de tener que alimentarse de los restos de comida que lograba recoger de la basura.

En esa situación desesperante, explicó la menor, un hombre le ofreció ayuda a cambio de que trabajase para él en España. La sometió incluso a un aborto ilegal que le produjo una fuerte hemorragia y que la obligó a tener que ingresar en un centro hospitalario.

Según informó ayer la cadena SER, antes de abandonar Nigeria la chica fue sometida a un rito de vudú y le informaron de que había contraído una deuda de 55.000 euros con la organización que la iba a llevar hasta Madrid.

La mujer también relató en la entrevista con la experta española que fue ese mismo hombre que le había ofrecido ayuda el que la trasladó al aeropuerto de la antigua capital nigeriana Lagos. Desde allí emprendió el viaje a Rumanía donde continuó su calvario. Allí la joven fue mantenida bajo secuestro por un miembro de la red que la violó en numerosas ocasiones. Hasta que por fin, su captor la llevó de nuevo al aeropuerto de Timisoara donde la informó de que su gente estaba esperándola en el de Barajas, adonde viajó sola.

Según relató a la especialista, contratada como asesora externa del Defensor del Pueblo, por primera vez oyó términos como madame o mami, que le hicieron sospechar de que iba a ser obligada a prostituirse nada más aterrizar en la capital española.

En el informe basado en este relato se subraya que "esa niña" detenida en Barajas no está capacitada para comprar un pasaporte español, pagar billetes de avión y llegar hasta Madrid por sí sola. También se destaca que hay zonas de África donde la trata es "endémica y que Nigeria es el caso más clamoroso".

Al aeropuerto de Barajas también acudieron agentes de la Unidad contra Redes de Inmigración y Falsificación (UCRIF) de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras. Su intención era interrogar a la joven, pero el comisario jefe de Barajas no permitió la entrada a estos funcionarios. Esta labor la hicieron sus propios agentes que concluyeron que no había indicios de trata de mujeres.

La entrevista posterior de la especialista comisionada por el Defensor del Pueblo llegó a una conclusión radicalmente opuesta. Su informe fue remitido a la Fiscalía General del Estado, a la Comisaría General de Extranjería y a la Delegación del Gobierno con la solicitud de que se le concediese el periodo de restablecimiento y reflexión.

La Delegación del Gobierno en Madrid ha respondido positivamente a esta petición por lo que la joven dispondrá de 30 días en los que podrá moverse libremente por España, según un portavoz de este organismo. La delegada del Gobierno, Dolores Carrión, ha estado muy pendiente de este caso, al igual que los responsables del Ministerio de Igualdad. Carrión también ha solicitado a los integrantes de la UCRIF, dependiente de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras, que seleccionen una organización no gubernamental o un colectivo que trabaje con mujeres obligadas a prostituirse para que proteja a la joven de la mafia que la captó.

La sala de inadmitidos del aeropuerto de Barajas es un centro de estancia en el que permanecen los extranjeros que no cumplen los requisitos de entrada, entre los que se encuentran la carta de invitación de personas residentes en España. Se trata de un lugar con camas en el que solo pueden permanecer 72 horas como máximo. En ese periodo tiene que solucionarse su problema, lo que supone la repatriación o la concesión del permiso de entrada en el país.

En caso de rechazo, los viajeros tienen que ser puestos a disposición del juzgado de guardia. Este será el que determine si la situación puede ser prorrogada por más tiempo (lo que ocurrió en el caso de la joven nigeriana) o, por el contrario, deben ser expulsados.

Un mes internada

- La joven llega a Barajas el 1 de abril en un vuelo procedente de Timisoara.

- El día 3 pide a través de su abogado el asilo con ayuda.

- Cuatro días después, la forense la examina y asegura que la mujer tiene 18 años. No aplica los baremos indicados por el Ministerio del Interior para evitar posibles errores.

- El Ministerio del Interior rechaza su solicitud por cumplir los requisitos.

- El Defensor del Menor y CEAR acuden el 14 a Barajas y entrevistan a la joven.

- La Delegación del Gobierno concede el periodo de reflexión el 28 de abril.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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