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Una nueva ordenanza limita a tres minutos el sonido de las alarmas

Cinco ciudades, Madrid, Barcelona, Sevilla, Zaragoza y Bilbao), han elaborado un proyecto de ordenanza acústica que será la primera normativa que las principales capitales españolas confeccionan conjuntamente. El borrador propone limitar el funcionamiento de las alarmas a un máximo de tres minutos, y el uso de las sirenas de los vehículos de emergencia, hasta en un 80% de los casos.

Técnicos de los Ayuntamientos de Madrid, Sevilla, Zaragoza y Bilbao y de la Diputación de Barcelona terminaron esta semana la redacción de un borrador de ordenanza acústica para regular el funcionamiento de las alarmas y sirenas, que ahora carecen de reglamentación concreta. La nueva ordenanza, que deberá ser aprobada por el pleno municipal para ser efectiva, prohibe el funcoionamiento ininterrumpido de las alarmas.El borrador fija para las alarmas exteriores un tiempo máximo de funcionamiento de 60 segundos y autoriza la repetición de la señal sonora por dos veces más, aunque con un intervalo de entre 30 segundos y un minuto. Tras la tercera señal deberá producirse la desconexión automática del aparato, que deberá cumplir su misión de aviso en un tiempo total de funcionamiento de tres minutos. Actualmente, las emisiones de las alarmas no tienen ninguna clase de limitación.

La ordenanza también limita los niveles sonoros máximos de las alarmas exteriores, que quedan fijados en 85 decibelios, lo que supone un reducción media con respecto a las emisiones actuales de unos 10 decibelios.

La ordenanza prevé, además, exigir como requisito para la autorización de la alarma que el responsable de su control notifique su dirección postal y telefónica para que pueda ser avisado en caso de anomalía o sancionado si se incumple la normativa.

Ambulancias y bomberos

En cuanto a las sirenas de los vehículos de emergencia, como ambulancias o bomberos, el proyecto limita su funcionamiento a los casos en los que el coche realiza un servicio de urgencia. Según los técnicos, la aplicación rigurosa de este supuesto, y dado "el uso indebido" habitual, redundará en que esta señal sonora se utilice un 80% menos que en la actualidad.La limitación de emisión para estos vehículos fijada en el borrador es de 95 decibelios. Los técnicos afirman que los niveles sonoros de las sirenas podrán disminuir una media del 20%.Tampoco en este caso existe una legislación que señale el nivel máximo de decibelios autorizado.

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Según el mapa acústico de Madrid, confeccionado hace dos años, más de una tercera parte del casco urbano de la almendra central de la ciudad -dentro de la M-30- mantiene unos niveles de ruido ambiental superiores a los 70 decibelios, máximo recomendado por la OCDE, organismo que agrupa a los países más desarrollados.

La causa fundamental del ruido (en un 85/o de los casos) es el producido por el tráfico rodado. Estos niveles aumentan súbitamente en 10 o 15 decibelios al paso de un vehículo con sirena o al dispararse una alarma. En el entorno del aeropuerto de Barajas se encuentran los niveles récord del ruido, con 85 o 90 decibelios al paso de un avión sobre la vertical de Coslada y San Fernando, si bien esta intensidad no es continua, como la del tráfico.

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