Los padres de un instituto abordan a Aguirre para que no tire el centro

"Nos preocupa la contaminación, el ruido y el polvo de las obras". Con estas palabras se dirigieron ayer a la presidenta regional, Esperanza Aguirre, una decena de miembros de la asociación de padres y madres de alumnos del instituto Mirasierra. Una parte de este centro, situado en el distrito de Fuencarral-El Pardo, será demolida el próximo verano para que pueda abrirse allí una boca de la ampliación de la línea 9 del metro. Aunque los alumnos serán trasladados a un nuevo instituto que se va a construir este verano, los padres se quejan de que las obras perjudicarán a los niños de entre tres y 11 años del colegio contiguo. Por ello, estos padres llevaron su protesta a la Asamblea de Madrid, donde el pleno debatió los planes del Gobierno regional para el centro.

"Es para el futuro", se defendía en los pasillos la presidenta, que reiteraba que los alumnos serán trasladados a un nuevo centro que se va a construir en una parcela situada a tan sólo kilómetro y medio del instituto. "Han presentado una alternativa", terciaba la portavoz socialista, Maru Menéndez, cuyo grupo había invitado a los padres a asistir al pleno. Pero Aguirre se escudó en que comenzaba el pleno y zanjó la conversación.

Ya en el hemiciclo, quedaba claro que el Gobierno regional no va a dar marcha atrás. El consejero de Transportes, José Ignacio Echeverría, ratificó que no hay alternativa y avanzó que las posibles molestias se amortiguarán con pantallas acústicas de dos pisos de altura. Además, el Gobierno regional se hará cargo del transporte gratuito de los alumnos al nuevo centro.

De los trabajos se va a encargar Mintra, la empresa que hace la ampliación del metro, que también renovará las instalaciones del viejo centro con un nuevo comedor y pistas deportivas. Un portavoz de la consejería explicó que el nuevo instituto del barrio de Montecarmelo, al que se trasladarán los alumnos del Mirasierra, comenzará a construirse en marzo y estará finalizado en septiembre. Además, en junio comenzarán las obras en superficie en el Mirasierra.

Pero a la diputada socialista Mercedes Díaz Masso no le convencieron las explicaciones del consejero y reprochó al Ejecutivo regional "los graves perjuicios" para los alumnos. Habló sobre todo del ruido y auguró que los niños tendrán que soportar hasta 80 decibelios, el doble de lo permitido, dijo. También avanzó que el diputado socialista Carlos Carnero planteará a la Comisión Europea los posibles perjuicios al medio ambiente de la obra.

La consejera de Educación, Lucía Figar, negó la mayor: "El proyecto no plantea vulneración de la normativa medioambiental". Y recordó que, cuando finalicen las obras, dentro de dos años, el distrito de Fuencarral tendrá "un instituto renovado en Mirasierra, un metro y otro instituto en Montecarmelo".

En los pasillos, los padres seguían poco convencidos. "La solución es que se lleven la boca del metro a otro sitio", afirmó la presidenta del AMPA, Mar Coloma.