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Los pediatras se niegan a simultanear el ambulatorio y el hospital

Sanidad crea un nuevo contrato para "paliar el déficit de profesionales"

En Madrid faltan pediatras. Lo sabe todo el mundo: los profesionales, que soportan agendas sobrecargadas; los padres, que ven cómo en sus ambulatorios a veces no hay médico para atender a sus hijos; y la Administración, que se las ve y se las desea para cubrir bajas o contratar a nuevos facultativos. Para paliar ese déficit, la Consejería de Sanidad se ha inventado una nueva figura: un pediatra que ejerce al 50% en los centros de salud y en los hospitales. El objetivo, dice, es cubrir las plazas que ahora no se cubren. La intención de Sanidad era empezar a aplicar ese nuevo contrato inmediatamente, pero se ha encontrado con la oposición del sindicato de médicos Femyts, sociedades científicas y de pediatras a título individual, que en apenas un fin de semana han reunido más de 500 firmas en contra.

Los que han acabado la especialidad se sienten presionados a aceptar el contrato

El trabajo de los nuevos pediatras polivalentes consistirá, según recoge el borrador de resolución, en prestar sus servicios al "50% en cada uno de los ámbitos de actuación". Es decir, que el mismo pediatra dividirá su tiempo: atenderá consultas en el centro de salud y hará guardias en el hospital. Para sindicatos y sociedades, esta solución no es más que "un parche". Y plantea numerosos interrogantes: ¿Cómo se cubren en el ambulatorio las libranzas tras las guardias en el hospital? ¿Cómo se suplen las bajas y las ausencias? Lo que se temen es que, en lugar de incentivarlos, los pediatras decidan irse a la privada o a otras comunidades con mejores condiciones laborales.

Sanidad considera que, con esta figura, mata dos pájaros de un tiro. Conserva a los pediatras de los hospitales, "que es donde prefieren trabajar", y a la vez consigue que atiendan las consultas en los ambulatorios. "El tipo de contrato es lo de menos; lo que queremos es que se cubran las plazas", razona la viceconsejera Ana Sánchez. Según la resolución, que aún no está aprobada, dos pediatras estarán vinculados a una misma plaza de atención primaria, es decir, que se repartirán el cupo de pacientes.Así que el pediatra de cabecera, el que conoce al niño por su nombre, desaparece. Según el día que vaya al centro de salud, le atenderá un profesional u otro. Estos nuevos contratos están destinados principalmente a los pediatras eventuales y a los de nueva incorporación, es decir, a los 58 que acabaron su periodo de residencia -cuatro años de especialidad- la semana pasada. Elena Cascón, de 29 años, es una de ellos. Ayer, día 1 de junio, podía haber empezado a trabajar en una de las plazas de primaria que, según Sanidad, tanto cuesta cubrir.

Pero lo que ella quiere es estar en un ambulatorio. No le interesa el trabajo hospitalario ni quiere hacer guardias -"creo que trabajar más de 24 horas es inhumano"-. Por eso se resiste a firmar el contrato que le ofrece Sanidad, pese a que se siente, como muchos de sus compañeros, "presionada" a hacerlo. "Me dicen que podré dedicarme al cien por cien a primaria, pero ¿y si dentro de dos años cambian de idea? Esto es acabar con la atención primaria. El paciente encontrará cada día a un médico. Somos casi todas mujeres. ¿Qué pasa cuando una se embarace? Será complicado", razona.

Las tres principales sociedades científicas de pediatría denuncian que Sanidad "ha bloqueado el acceso" de los 58 médicos recién salidos de la especialización a la veintena de plazas vacantes actualmente. Se temen una "descapitalización del primer nivel asistencial". En su opinión, el déficit de pediatras se debe a la creación de ocho nuevos hospitales, que ha dejado sin recambio generacional la primaria, y a la rigidez de horarios, que provoca fuga de profesionales. Lo cierto es que, actualmente, hay más de 200 plazas de pediatra ocupadas por médicos sin esa especialidad, confirma Sanidad. Un estudio reciente de la Asociación Madrileña de Pediatría de Atención Primaria constató que un tercio de los profesionales tenían más de 1.200 niños a su cargo, cuando el cupo adecuado ronda los 800 o 1.000.

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Ante tal panorama, la solución de la Consejería no convence ni a la primaria ni a la especializada. Los jefes de servicio de los hospitales públicos firmaron el 29 de mayo una carta en la que expresaban su "gran preocupación por la inviabilidad de unas medidas que van a dañar, de forma inmediata y grave, la asistencia hospitalaria sin conseguir mejorar la atención primaria". Añadían: "Nos será muy difícil garantizar una asistencia adecuada a los pacientes hospitalizados y una correcta cobertura de las guardias médicas".

Muchos pediatras de hospitales alertan de una paradoja: que un profesional que lleve muchos años dedicado a una subespecialidad (oncología, neonatología, trasplantes...) se vea obligado ahora a trabajar varios días de la semana en atención primaria, sin poder dedicarse al cien por cien a lo suyo. Y al revés: que un médico que lleve años en un centro de salud tenga que hacer guardias en un hospital o cubrir esos puestos tan especializados. "Si los pediatras se van de los hospitales, esto no se sostiene", se lamenta una pediatra de un gran hospital madrileño.

"Queremos que a los niños de Madrid los vean pediatras", reitera la viceconsejera. Y añade: "El pediatra que quiera tener dedicación completa a primaria no tendrá ningún problema" y "los superespecializados seguirán exactamente igual". La solución, asegura "es buena, y mucho mejor que no tener pediatras".

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