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Reportaje:

El pintor que inspiró a Hollywood

La obra de Ulpiano Checa influyó en la escenografía de algunas películas de romanos como 'Ben-Hur'

"Todo empezó una mañana, cuando mi abuelo, Rufino García, se hallaba en la escuela con otros niños", cuenta María Pérez García, de 87 años. "Uno de los niños se escapó y el maestro salió detrás de él en su busca. Al echar a correr hacia el pequeño, la faja que llevaba a la cintura se le desató. Cuando regresó a clase con el niño fugado, todos los demás chicos se rieron a carcajadas. El maestro preguntó entonces de qué reían. Todos señalaron a Ulpiano: le había retratado con la faja suelta y al aire". Ese niño sería Ulpiano Checa (1860-1916), uno de los pintores españoles más famosos de finales del siglo XIX y principios del XX.

La anécdota la cuenta desde el Museo Ulpiano Checa de Colmenar de Oreja, recién ampliado, una señora que asegura que su abuelo se la narró de la misma manera. "El maestro, mientras daba licencia a todos los demás niños para marchar a casa, le dijo a Ulpiano: 'Tú te quedas conmigo. Vamos a ver al cura", prosigue su relato. Había quedado sorprendido por la destreza con la que Ulpiano Fernández Checa, colmenarete, le había retratado.

Un museo en Colmenar de Oreja expone 150 cuadros del prolífico autor

A los 13 años, el niño ya estaba en Madrid, en la Escuela de Artes y Oficios, para pasar luego a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde aprendió de maestros como Federico de Madrazo. Ulpiano, con apenas 23 años, llegaría a ser allí profesor adjunto de perspectiva.

Con una prodigiosa capacidad de aprendizaje, el joven se aficionó a la pintura de trama histórica, y se inició en una pictórica dinámica que anunciaba ya la preeminencia plástica del cine entre las distintas formas de expresión artística. Su imaginativa erudición visual le llevó a convertirse en el inspirador de la escenografía de las películas de la Roma imperial, como Hollywood mostraría después en obras inolvidables como Ben-Hur, según explica Ángel Benito, director del museo.

Ulpiano viajó a Roma, Francia y más adelante, a Argentina y Uruguay, donde se convertiría en el retratista favorito de la oligarquía agroganadera exportadora. Uno de sus cuadros, que llevó a una exposición de Atlanta, le abriría las puertas del mercado estadounidense, donde las postales con cuadros de Checa, de contenido historicista, inundarían las oficinas de correos. Ulpiano fue uno de los pioneros del empleo del copyright, lo cual le permitió amasar una gran fortuna.

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De su prolífica obra, cifrada en unos 2.000 originales, Colmenar de Oreja conserva 300 cuadros, la mitad de los cuales se expone en el museo. Lo más curioso es que el ensanche del centro se ha conseguido gracias a las recaudaciones suministradas por dos compañías de teatro, Zacatín y Cuadro Artístico, que han dedicado gran parte de sus ingresos por escenificar comedias en el histórico teatro Diéguez para sufragar las obras. El Gobierno regional aportará 100.000 euros para el mantenimiento museístico, tras la firma de un próximo convenio con el Ayuntamiento, verdadero motor de esta ampliación.

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