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Reportaje:HOSPITAL INFANTA SOFÍA (SAN SEBASTIÁN DE LOS REYES) | Radiografía de los nuevos hospitales

"El problema es el ahorro"

Los 84.290 metros cuadrados del hospital huelen a nuevo. Los pasillos son gigantes. El centro (283 camas) se inauguró el 18 de febrero con la promesa de tener en funcionamiento todo en abril. Hoy, el personal se ha multiplicado por tres y hay unos 850 empleados sanitarios, pero el hospital está al 80% y algunas áreas funcionan con trabajadores que desempeñan funciones impropias de su cargo. En el anillo radiológico, técnicos de rayos son quienes administran los contrastes a los pacientes. Sólo hay un enfermero. "Es intrusismo. No tienen preparación. Es como si yo me pongo a operar porque he visto hacerlo muchas veces", protesta una enfermera.

Falta de personal en determinados turnos para atender a una población de 300.000 habitantes, premura por despachar pacientes, pocos celadores y una de las cuatro torres del hospital (con un número de camas que el centro no ha aclarado) por abrir. Son problemas destacados por sindicatos, pacientes, médicos y enfermeras con los que ha hablado este periódico. Los responsables del hospital no han dado su versión.

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Todos los problemas tienen una relación con el ahorro. "El hospital está bien, pero yo, por ejemplo, tengo que hacerme mamografías periódicamente. En el público te la hacen cada año. Aquí te hacen la ecografía, si no ven nada, te hacen la mamografía cada dos años. El problema es el ahorro", explica Purificación, una paciente. La gestión sanitaria es pública. El resto de servicios los administra subcontratas de Acciona, la firma que construyó el centro. Incluido el servicio de comida: "A veces, se sirve fría. Y hay poca gente repartiendo", critica una auxiliar.

Los médicos se quejan con la boca pequeña de la falta de personal (hay 203 especialistas). En la puerta del hospital, una empleada del servicio de cirugía protesta por la sobrecarga de trabajo. "Hay sólo dos cirujanos pasando consulta, y hemos llegado a tener hasta 51 pacientes al día". Cuando la médica se va, sale una enfermera. "El hospital funciona", dice, pero critica las prisas para despachar a los pacientes. "Antes, una operación de juanetes eran tres días en el hospital. Aquí pueden ser 24 horas. Si a las dos horas tiene tolerancia a la ingesta, se le manda a casa al cabo de poco". Pero el nuevo hospital se ha acercado a la población que atiende. "A mí me ha cambiado la vida. Tengo el hospital al lado de casa", explica Alberto, de 53 años, apoyado en una muleta.

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