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Reportaje:VA DE RETRO

La propaganda más pegadiza

El funcionario Vicente Clemente, de 37 años, tiene una colección de 75.000 adhesivos políticos de todo el mundo

Hojear el apartado de elecciones municipales de la colección de Vicente Clemente es como desempolvar el viejo álbum de fotos familiar que devuelve a la memoria a parientes casi olvidados. ¿Quién se acuerda de que Jorge Verstrynge fue, hace 15 años, candidato a alcalde de Madrid por Alianza Popular? Una pegatina con forma de escarapela, ribeteada con la bandera de España, en la que reza "Jorge con todos y marcha Madrid" es una prueba tan cursi como irrefutable de que así fue.Este adhesivo es uno de los 75.000 que Vicente Clemente Riego, un funcionario de la Gerencia Municipal de Urbanismo de Madrid, de 37 años, casado y con una hija, ha logrado reunir en 23 años, desde que comenzó su colección de pegatinas políticas en 1975.

Le llamaron la atención, tras la muerte de Francisco Franco, los panfletos de las manifestaciones ilegales que se convocaban en la capital, y no le importó jugarse el tipo para conseguir material.

El 14 de abril de 1976, en la glorieta de Cuatro Caminos, durante una manifestación republicana, se acercó por detrás a un policía armada "que repartía palos a mansalva" y le despegó la pegatina que alguien le había colocado en la espalda.

Su arriesgado gesto se vio recompensado dos décadas después al entrar en el Guinnes de los Récords, que le acredita como el mayor coleccionista del mundo de pegatinas políticas.

Guarda centenares de adhesivos de todas las elecciones municipales madrileñas, desde que se convocaron las primeras tras la dictadura franquista, en 1979, cuando intentaron conseguir el sillón de primer edil, además de Tierno Galván, Paca Sauquillo por la ORT, José Luis Álvarez por AP y Ramón Tamames por el PCE. Este último utilizó un lema de lo más cheli: "Tamames p"alcalde, tíos", junto a un oso que sujetaba la hoz y el martillo.

Los peceros han sido siempre los más atrevidos con su imagen. La palma se la lleva la pegatina de Manuel Repullo, candidato a alcalde de Móstoles también en 1979. "Si de Móstoles quieres sentir orgullo, vota Repullo", que evidencia los peligros de aplicar la técnica de la rima a la política.

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Pero fue el primer regidor de la democracia, Enrique Tierno Galván, el político madrileño que más ha dado que hablar en papel adhesivo. No sólo en sus campañas electorales, sino también con motivo de algunas de sus polémicas decisiones. Cuando en 1985 se negó a entregar las llaves de la ciudad al presidente norteamericano Ronald Reagan, se repartieron pegatinas con mensajes del tipo: "El Pueblo de Madrid con su alcalde marxista", o "Tierno: estamos contigo, no con el enemigo". Y también se hicieron decenas de adhesivos de pésame cuando murió.

A los candidatos de la Comunidad de Madrid parece favorecerles el paso del tiempo. El actual presidente, Alberto Ruiz-Gallardón, ha mejorado de forma notable, tanto física como políticamente.

En una pegatina de las primeras elecciones a la Comunidad, se ve a un candidato veinteañero de cara muy delgada, gafas demasiado grandes y gesto panoli. En el símil del álbum de fotos, sería como el cuñado del que nadie espera hacer carrera y que acaba sorprendiendo a todos.

Entre las pegatinas más recientes, destaca la del ex concejal popular Ángel Matanzo, que fue candidato a alcalde de la capital en 1995 por el PIE (Partido Independiente de España) con un eslogan que dejaba claras sus intenciones: "Ni con unos ni con otros".

Pero la colección de Vicente Clemente no se limita a políticos españoles. Intercambia material con coleccionistas de todo el mundo.

Ha conseguido pegatinas de campañas electorales de históricos presidentes, como el estadounidense Eisenhower; de organizaciones religiosas integristas, de grupos guerrilleros, de tribus africanas; en fin, de los partidos más raros y de los lugares más perdidos de la Tierra.

El título del Guinnes cuelga junto a las fotografías de Lenin, del emperador de Tailandia y de una carta de Bill Clinton, que adornan las paredes del pequeño y abigarrado despacho donde Vicente Clemente guarda, meticulosamente ordenadas y clasificadas, las miles de papeletas adhesivas a las que prácticamente dedica todo el tiempo libre que le deja su trabajo.

El periodo de mayor trajín para este coleccionista son las campañas electorales, que son también su principal fuente de material. Cuando llegan las municipales, se elabora un calendario y se recorre toda la provincia de Madrid en coche.

Su afición le exige olvidarse de los escrúpulos ideológicos, y lo mismo se le puede ver en la fiesta anual del PCE que en la plaza de Oriente el 20-N junto a los nostálgicos franquistas. "La mayoría de los políticos madrileños me conocen porque me han visto muchas veces. Y en las sedes de los partidos me guardan todo lo que me puede interesar", comenta Clemente.

El adhesivo más antiguo que guarda tiene fecha de 1933 y es un bono de ayuda de 15 céntimos emitido por la Unión General de los Trabajadores (UGT). "La pegatina no se empezó a utilizar hasta finales de los años cincuenta. Lo que había antes era papel engomado, tipo sello", aclara el coleccionista. En España se utilizaron las pegatinas por primera vez con motivo de los 25 años de paz franquista.

En los años setenta, el coleccionista madrileño viajó a Francia y se puso en contacto con los exiliados españoles para conseguir papel engomado referente al periodo de la guerra civil y la posguerra. Consiguió entonces adhesivos tan curiosos como uno del sindicato anarquista CNT que decía, en francés: "¡Turistas! ¿Amáis la libertad? Boicotead a Franco y a su régimen totalitario". Echando un vistazo a la colección, asusta comprobar la cantidad de organizaciones racistas, xenófobas y de la más extrema derecha que existen y que producen gran cantidad de propaganda en formato de papel.

"Las organizaciones políticas no desaparecen, se transforman, y a la larga resurgen con mayor o menor fuerza", cree Vicente Clemente. Como botón de muestra, valgan las pegatinas de Falange Española, muy recientes, animando a rezar el rosario en familia o riñendo a las amas de casa por ver demasiado la televisión y no atender lo suficiente a su hogar. Todo ello, acompañado gráficamente de una bandera española con la imagen superpuesta de la Inmaculada Concepción. La Sección Femenina de hace medio siglo no se hubiera atrevido a tanto.

Movimientos de defensa del ecologismo, feminismo o los derechos de los homosexuales son también muy productivos en lo que se refiere a propaganda adhesiva. "Me gustan los mensajes directos y reivindicativos que proponen este tipo de organizaciones", dice Vicente Clemente. "Los lemas de los grandes partidos tienen cada vez menos contenido político y están más cerca de los mensajes de la publicidad comercial", añade.

"En esta década", termina, "la pegatina se ha utilizado muy poco. Pero ahora resurge de nuevo porque es un sistema muy eficaz de propaganda: es barato, se pega en cualquier sitio y puede hacer mucho la puñeta".

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