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Entrevista:EL JEFE DE TODO ESTO | Pablo Berástegui, coordinador de Matadero Madrid

"El reto es hacer penetrable la muralla"

El responsable del centro cultural madrileño de vanguardia cuenta sus proyectos

Patricia Ortega Dolz

Ya se han cumplido seis meses desde que aterrizó en Matadero. Tiempo suficiente como para que Pablo Berástegui (Pamplona, 1968) se haya percatado de que no se trata de otro planeta dentro de la galaxia cultural madrileña, sino de una gigantesca nave espacial (148.300 metros cuadrados) que hay que hacer despegar. Él, que ya se ha hecho con los mandos, asegura que no sólo quiere que levante el vuelo, sino que conquiste otros mundos. ¿El combustible? "Mucho trabajo, mucha ilusión".

Pues sí, porque para que la nave insignia de la cultura madrileña -siempre sometida a reparaciones- traspase fronteras a velocidad de crucero cuenta con una tripulación de tan sólo 50 personas y un presupuesto de unos tres millones de euros, de los que 1,2 irán a parar a la Noche en Blanco, también tripulada desde la misma nave, aunque con la posible ayuda de un piloto de excepción, Rafael Doctor, ex director del Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (MUSAC). "Nos parecía que tenía sentido dentro de una Noche en Blanco organizada desde Matadero contar con una persona que inspirara y firmara los proyectos más complejos o más llamativos. Nos gustaría que cada año hubiera un comisario, es más atractivo, ayuda a descubrir artistas".

"Lo que nos toca es convertir el espíritu de este espacio en algo real y vivo"
"A falta de tiempo, acabo desarrollando estrategias camino a casa o en la ducha"

Con todos esos retos y otros -"siempre digo que tenemos que conseguir hacer penetrables los 2,5 kilómetros de muralla de dos metros de ancho que bordean este antiguo Matadero"- afronta este pamplonica, de aspecto juvenil y trato afable, esta nueva etapa en Madrid. Cuenta, en cambio, con una dilatada experiencia al mando de otras naves.

Después de estudiar periodismo en la Universidad de Navarra y Producción Audiovisual en Burdeos, se pasó a la gestión cultural y a la organización de actividades culturales allá por 1996. Durante tres años ejerció como Técnico Superior en Actividades Culturales en la Dirección General de Cultura del Gobierno de Navarra. Posteriormente entró a formar parte de PHotoEspaña, primero como coordinador general y luego como director, e igualmente trabajó como director de proyectos de la empresa La Fábrica. En 2006 puso en marcha Elsinor Madrid, extensión de una empresa privada de gestión cultural dedicada a la promoción de la escena contemporánea. Allí desarrolló diversas propuestas, como la creación de una nueva sección para la Feria de Arte Contemporáneo de Madrid, Performing ARCO.

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"Centro para la creación contemporánea", reza el anuncio de Matadero... "La verdad es que hay un trabajo que es estratégico, aunque muchas veces no te da tiempo por la cantidad ingente de trabajo que da la vida diaria: desde gente que quiere visitarlo, gente que hace propuestas, las obras con las que convivimos y la actividad cultural...", cuenta relatando su día a día en ese macroespacio sin calefacción ni aire acondicionado en muchas salas. "Acabas fraguando las estrategias camino a casa o en la ducha".

¿Estrategias? "El espíritu de Matadero ha sido siempre que sea un gran espacio para la creación contemporánea, multidisciplinar, abierto al público, que apoye a la creación... Lo que nos toca hacer ahora a nosotros es convertir el espíritu en algo real y vivo, hacerlo efectivo. Hemos empezado ya a trabajar sobre unas líneas de acción. Primero, estar cohesionados con las distintas instituciones (públicas y privadas) que forman parte del proyecto Matadero para que nos podamos comunicar hacia fuera con una sola voz. Una segunda estrategia implica una serie de modificaciones: desde cambiar la señalización del espacio a transformar la web. La tercera sería hacer Matadero más permeable para la ciudad, desde racionalizar los horarios de apertura y modificar la temporalidad de las exposiciones para que pueda verlas más gente, a implicar a Matadero en los principales eventos de la capital. Y el cuarto punto es trabajar con los creadores; por eso nuestra primera actividad ha sido el Archivo de Creadores de Madrid", explica, como quien se ha estudiado la lección el día anterior.

Berástegui, sin hacer referencia a la crisis ni a los recortes presupuestarios, reconoce que las apuestas de este año serán moderadas: "Estamos muy condicionados por las obras, que son necesarias para seguir avanzando; algunas ideas que teníamos las vamos a tener que dejar para 2010".

Matadero es el proyecto cultural más veces emprendido e inaugurado y con más retrasos acumulados (desde que en 1998 el entonces alcalde, José María Álvarez del Manzano, lo presentara como el Guggenheim madrileño). Berástegui se ha propuesto hacerlo despegar de una vez para siempre siguiendo el modelo del Barrio de los Museos de Viena -un espacio físico en el que se reúnen instituciones diferentes y todas ellas figuran como un gran barrio de la cultura- y confiado en que "cuando eche a andar será rentable, pero es importante que esté abierto, aunque sea con obras". Confiemos en que caliente bien los motores y no le pase a esta nave como al Challenger.

Pablo Berástegui, fotografiado hace unos días en el Matadero.
Pablo Berástegui, fotografiado hace unos días en el Matadero.CRISTÓBAL MANUEL

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Sobre la firma

Patricia Ortega Dolz
Es reportera de EL PAÍS desde 2001, especializada en Interior (Seguridad, Sucesos y Terrorismo). Ha desarrollado su carrera en este diario en distintas secciones: Local, Nacional, Domingo, o Revista, cultivando principalmente el género del Reportaje, ahora también audiovisual. Ha vivido en Nueva York y Shanghai y es autora de "Madrid en 20 vinos".

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