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Reportaje:EL JEFE DE TODO ESTO | José Luis González Roa, funcionario

El reto de mantener Madrid limpio

El responsable de Limpieza Urgente capitanea un equipo que actúa 141 veces al día

F. Javier Barroso

Mientras miles de madrileños celebran la llegada del año nuevo, hay un grupo de 20 conductores y peones que se encargan de limpiar la Puerta del Sol. Y cada año reducen el tiempo preciso para que esta histórica plaza quede impoluta, como si no hubieran pasado por ella miles de visitantes cargados con bolsas. Detrás de ese equipo está el jefe de Operaciones del Servicio de Limpieza Urgente (Selur) del Ayuntamiento, José Luis González Roa, un funcionario municipal de 59 años. "Empezó como un reto. El primer año, en 2001, lo hicimos en una hora y cuarto. Ahora no nos lleva más de 40 minutos", dice este empleado, que trabaja para el Consistorio madrileño desde hace 38 años.

Las campanadas de Nochevieja son sólo un ejemplo del trabajo de González Roa. Tiene a su cargo a 250 trabajadores que se encargan de que la ciudad quede limpia tras manifestaciones, concentraciones culturales o deportivas, actos vandálicos o violentos, accidentes, incendios... "El servicio se fraguó como un método de respuesta rápida para cualquier hecho que perturbara la normalidad. Surgió a raíz de varios derrumbes de edificios, como los de las calles del Factor y de Alberto Aguilera [ambos, en marzo de 2001]. Se vio que se necesitaba un servicio rápido de limpieza", destaca el jefe de Operaciones del Selur.

Están en incendios, marchas, accidentes. Tienen que llegar antes de 20 minutos
"El 11-M recogimos lo que había en los trenes. Los móviles no cesaban de sonar"

El servicio lo implantó el entonces concejal de Limpiezas, Alberto López Viejo, hoy imputado en la trama Gürtel de corrupción vinculada al PP. La gestión del diputado regional con el Selur tuvo que ser enmendada por el Ayuntamiento tras su salida, en 2003, ya que elevó verbalmente el contrato con la concesionaria en casi dos millones de euros al año.

Los operarios son, en general, muy jóvenes, con una media de edad de 27 años. Sólo el año pasado acometieron 51.724 limpiezas, lo que arroja una media de unos 141 servicios diarios -quemas de papeleras, manifestaciones, incendios...- ya que trabajan los 365 días del año. Tienen el compromiso de llegar como mucho en 20 minutos al lugar donde se les precise. Cuentan con 75 vehículos, de los que 54 son camiones de gran potencia. Todos tienen motores híbridos que se mueven con biodiesel y electricidad. Tienen compromiso medioambiental: utilizan agua reciclada y se encargan de separar los residuos que recogen en la calle. "Tenemos difusores que echan agua a mucha presión, pero poca cantidad", explica.

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González Roa ha estado vinculado siempre al servicio de limpiezas. Su padre era barrendero en Santa Engracia. Eso le llevó a presentarse a las primeras oposiciones a las que pudo, allá por 1972. Empezó a trabajar en el distrito de Carabanchel, pero después pasó al de Latina. Fue ascendiendo hasta que le confiaron la dirección. "Hemos creado escuela. Han venido de todas las partes del mundo para ver cómo lo hacemos y si lo pueden copiar. Y es que este servicio es la leche. Ha sido el único que había en el mundo y ha tenido gran aceptación", afirma entre sonrisas González Roa. Siempre destacan los vehículos verdes con franjas rojas y el uniforme colorado de los operarios.

Algunas tareas resultan muy gratificantes, como la de la cabalgata de reyes. "Los niños se quedan mirando cómo limpiamos cuando pasan las carrozas. Creen que somos parte del desfile y hasta nos aplauden. Para nosotros es uno de los mejores días del año", reconoce el coordinador.

La peor con diferencia, por el enorme trabajo, fue la visita del cantante Carlinhos Brown un domingo de junio de 2005. El recorrido comenzó en la plaza de Castilla y llegó hasta Nuevos Ministerios en un autobús de dos pisos. Miles de personas acudieron a ver al intérprete brasileño. "Había tanta gente y hacía tanto calor que la gente consumió mucha bebida. Además, cuando pasó el autobús, le seguían calle abajo. Tuvimos tanto trabajo que tuvimos que pedir refuerzos a los distritos, porque veíamos que no acabábamos", añade González Roa. Al final pudieron dejar la ciudad limpia a las seis de la madrugada, poco antes de que comenzara la actividad del lunes. Otro evento que da mucho trabajo al Selur es la celebración del desfile del Orgullo Gay, a la que acuden decenas de miles de personas cada año.

También ha habido hechos muy luctuosos. Entre ellos destacan tristemente los atentados del 11-M. "Nuestros trabajadores son muy jóvenes. Para muchos fue la primera vez que vieron a una persona muerta. Lo que más recuerdo de aquella fecha es que la policía nos pidió que recogiéramos los efectos personales de los trenes, y que los teléfonos móviles no dejaban de sonar. Esas llamadas jamás tuvieron respuesta", explica con los ojos vidriosos.

Cuando volvieron a sus dependencias, los empleados necesitaron atención psicológica. "Hay servicios a los que, aunque lleves mucho tiempo, uno no se hace nunca, como en los accidentes de tráfico cuando las víctimas son chavales. Y ya no quiero pensar cuando son niños. Siempre me acuerdo de mis hijos y lo que puede pasarles", añade.

Este invierno también ha sido de gran trabajo para los empleados del Selur, ya que además de limpiar también se han encargado de repartir sal por las zonas más importantes de la capital. Han distribuido 1.000 toneladas por las continuas nevadas que ha habido en Madrid. Siempre empiezan por las calles y vías más importantes y luego se centran en los hospitales, intercambiadores de transportes, centros de mayores... "También echamos mucha sal en el Palacio Real, en Moncloa y en la Zarzuela, por ejemplo, además de en todas las zonas turísticas y céntricas de la capital", señala González Roa.

El jefe de Operaciones del Selur, José Luis González Roa, en la base del distrito de Latina.
El jefe de Operaciones del Selur, José Luis González Roa, en la base del distrito de Latina.SAMUEL SÁNCHEZ

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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