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Reportaje:

Los secretos de una curiosa ciudad

Un estadounidense afincado en Madrid y su hijo desentrañan en varias guías las historias, peculiaridades y anécdotas de la capital

Turistas, coches, ajetreados ciudadanos, ubicuas tiendas de pizza al corte, contaminación, rótulos publicitarios, más coches, ropa moderna. Esto es Madrid, a simple vista. Pero si uno presta atención y escarba, existe otra ciudad debajo de esta urbe contemporánea, repleta de historias casi olvidadas que duermen el sueño del tiempo. A destapar este Madrid insólito se dedican Peter y Marco Besas, padre e hijo, autores, entre otras obras, de las dos exitosas guías Madrid oculto 1 y 2 (Ediciones La Librería).

"Oculto no se refiere al ocultismo, al esoterismo, etcétera, sino a ciertas cosas en las que no te fijas de la ciudad. Lugares por los que pasas cada día y de los que, sin embargo, desconoces la historia. En la plaza de Oriente, por ejemplo, está la estatua de Felipe IV: cuando sabes que se construyó con la ayuda de Galileo Galilei la miras con otros ojos, cobra nuevo interés. También tratamos algunos misterios, como la casa de las siete chimeneas o el fantasma del palacio de Linares, pero enseguida verás que somos escépticos en estos temas", comentan los autores. Leyendas de Madrid, vidas de tabernas y bandoleros, espías y cafés... muchas historias curiosas y sorprendentes llenan sus libros, que resultan amenos y llenos de fotografías: "ideales para el cuarto de baño", bromea Marco Besas.

"A veces falta un extranjero para descubrir tu propia ciudad"
Escriben de leyendas, vidas de tabernas y bandoleros y espías

Su padre, Peter, nacido en Nueva York, desembarcó en Madrid en 1965 por amor. Y aquí se quedó: "aprendí español, me gustaba la ciudad, se vivía bien, y eso que estábamos en plena dictadura franquista", dice. Ahora es más experto en los recovecos de la urbe que muchos gatos. "A veces hace falta un extranjero para descubrir tu propia ciudad", opina Marco. "Muchos neoyorquinos no han visitado la Estatua de la Libertad. Aquí lo mismo: pregúntale a un madrileño por el Museo del Prado... Te dirá: 'bueno, sí, estuve una vez hace 20 años".

"Ya en 1969 escribí un libro en inglés de anécdotas de Madrid, Strange vignettes of old Madrid (Extrañas viñetas del viejo Madrid). Me lo autoedité, lo repartía yo mismo por librerías y hoteles", explica Peter, que fue durante 30 años redactor jefe para España y Latinoamérica del periódico estadounidense de espectáculos Variety. Con este material y el recopilado por Marco para el espacio de anécdotas madrileñas que tenía en el programa Gran Vía de la cadena SER, se decidieron a publicar Madrid oculto. Además de lo aprendido en sus paseos: "Recibíamos muchas visitas y querían siempre ir a los mismos sitios. Llegó un momento que ya estábamos hartos de lo mismo, entonces empezamos a hacer rutas por lugares que nos parecían más curiosos: la casa de Cervantes, las viejas murallas en el parking de la plaza de Oriente, cosas que se salían de las rutas habituales. Disfrutábamos más, nosotros y ellos", dice Marco.

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El siniestro origen del nombre de la calle de la Cabeza, la única estatua existente del Ratoncito Pérez, el gigante extremeño que se exhibe en el Museo de Antropología, las historias de los tiovivos de Madrid, el olvidado cementerio británico, la utopía de la Ciudad Lineal... una buena ensalada de rarezas y curiosidades que los Besas han investigado cuidadosamente. "A mi padre le gustan los temas más históricos" dice Marco, "yo tiro más por el esperpento, las leyendas, los fantasmas...". Han elegido posar delante de una réplica de la estatua del Ángel Caído del Retiro, que se encuentra en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, y de la que también se habla en sus libros. Desde tan cerca se puede apreciar su expresión atormentada y las siete colas de la serpiente que rodea a Lucifer.

Además de estas dos guías, Peter ha escrito Historias y anécdotas de las fondas madrileñas, una especie de historia de Madrid siguiendo el hilo de lo que los viajeros foráneos de siglos pasados contaron sobre la ciudad y sus fondas, cuando estas eran hoteles de lujo. Y Marco, en colaboración con José Antonio Pastor, De Madrid al infierno, una recopilación profusamente ilustrada de los más célebres crímenes cometidos en esta sangrienta urbe, todas en la misma editorial.

"Curiosamente con el paso de tiempo", explica Peter, "uno se da cuenta de que falta la documentación de los lugares antiguos, por eso nos empeñamos en hacer fotos e investigar cosas en las que la gente no repara. Cuando hice el libro de las fondas, no encontré ni una foto del famoso café Fornos [ahora es un Starbucks, enfrente del metro Sevilla]. A nadie se le ocurrió fotografiarlo. Esta ciudad evoluciona más rápido que cualquier otra capital europea, ha evolucionado tanto en los últimos 20 años que es irreconocible comparada con el lugar al que yo llegué. Los medios se ocupan de lo que es excepcional, pero no de las cosas más comunes".

"Esta ciudad cambia muy rápido y eso permite que se generen historias. Tenemos en el tintero una tercera parte sobre los pueblos de la Comunidad. Madrid es un filón, siempre hay cosas sobre las que escribir, por ejemplo, monstruos de Madrid. Un ejemplo: en los años cincuenta hubo una enorme proliferación de gatos alados. Como lo oyes: era una enfermedad de la piel que hace que sea muy elástica y daba la impresión de que los gatos tenían alas. Estatuas, museos, edificios, se podría escribir hasta de los bocadillos de calamares. El único límite es la imaginación".

Marco y Peter Besas, delante de una réplica de la estatua del Ángel Caído del Retiro en la Real Academia de las Bellas Artes.
Marco y Peter Besas, delante de una réplica de la estatua del Ángel Caído del Retiro en la Real Academia de las Bellas Artes.ÁLVARO GARCÍA

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