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Reportaje:

Una semana en el circo de Amaral

El dúo agota las entradas en los cinco conciertos programados en el Price

Carlos Marcos

En el primer día de Amaral en el Circo Price, el dúo arrancó en plan intimista con dos canciones desnudas a guitarra y voz; en el segundo Eva Amaral (36 años) y Juan Aguirre (40 años) mandaron a paseo la introspección de la noche anterior e irrumpieron en el escenario como una locomotora, eléctricos y desafiantes; en la tercera jornada, Juan se fue de marcha y actuó con resaca: todo salió bien e incluso estrenaron un tema, Madrid; el cuarto día Eva se enfundó su vestido más mini y alguien gritó desde la pista: "¡Eva, me quiero casar contigo!"... Cinco días ha acampado el dúo más popular del pop español en el Circo Price, una emboscada que la banda ha saldado de forma imperiosa, ofreciendo menús distintos cada día, improvisando, sonando inmaculados. Esta noche es la última cita. Este es el relato de lo que ha pasado, tanto en el escenario como en la trastienda. Así fue su semana en el circo.

- Las Ventas en pequeño. "¿Creéis que ha sido buena idea tocar en el Circo Price?", preguntó Eva en la tercera noche. La gente se aceleró: "¡¡¡Síííí!!!". El dúo comenzó a urdir su plan cuando acudió a ver en ese mismo recinto a Vetusta Morla. "Hemos confirmado lo que intuimos en aquel concierto: que el sonido es espléndido y la visibilidad inmejorable", señala Juan. Y tiene razón: todo son buenas palabras para este espacio que parece la plaza de Las Ventas en pequeño, recogido, cálido y con buena acústica. ¿Por qué no se organizan aquí más conciertos, pues? Dos razones: por problemas de agenda con la programación del circo y por lo caro de su alquiler.

- Cuidado: músico al foso. El momento más dramático de la semana se vivió el primer día, cuando el guitarrista de la banda (acompañan a Eva y Juan cinco músicos más), Octavio Vinck, calculó mal sus pasos y se despeñó de la tarima desde una altura de metro y medio. Fue en la prueba de sonido. Habla Eva: "No me di ni cuenta porque el tío siguió tocando en el suelo. Es un fiera".

- Las (largas) piernas de Eva. Cinco días de concierto, cinco vestidos distintos. Eva varió el vestuario, pero siempre con una premisa: minifalda. La prenda más llamativa fue la del primer día, un modelo muy ye-yé que llevaba impreso en la parte delantera y en lentejuelas una inmensa cara de payaso. "El diseño es de una firma española que se llama Raasta. Lo encontró una amiga y, como sabía que íbamos a tocar en el Price, me lo compró", comenta la cantante. Y añade: "Con la minifalda, doy rienda suelta a mis movimientos marcianos". Otra cosa en cuanto a estilismos: Juan ya no se calza esos gorros de lana, sino modernas boinas con visera. La que más éxito tuvo fue la gris.

- Cuestión de números. Los cinco días se agotaron las entradas: a 2.000 cada noche, 10.000 personas. Dos horas y cuarto de espectáculo cada jornada hacen un total de 675 minutos. Más números: las ocho guitarras que utiliza Juan Aguirre para interpretar un repertorio de unas 40 canciones. ¿La bebida más consumida por el público? La cerveza, ocho euros el mini de litro. ¿Las entradas? Una media de 25 euros, que se amortizan en la primera canción.

- Tocar con resaca. Actuar al lado de casa tiene sus ventajas. El dúo acude al local en su coche particular y puede trasnochar sin la presión de tener que salir temprano al día siguiente disparado para otra ciudad. Eva: "Yo no puedo salir después del concierto, claro, porque si no al día siguiente tendría la voz destrozada. Además, acabo cansadísima los recitales. Y le digo a Juan todas las noches: 'No salgas, no salgas, que mañana hay que tocar". No le hizo mucho caso su compañero. Alguna juerga se ha corrido el guitarrista. En una de ellas estuvo hasta las seis de la mañana. Pero todo controlado: "La verdad es que necesito pocas horas de sueño", dice.

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- "El imbécil de tu jefe". Hay momentos emocionantes en el concierto (Sin ti no soy nada), divertidos (cuando Eva toca el sitar tirada en el suelo y se tiene que poner una manta en las piernas para no enseñar todo lo que no oculta su minifalda) y furiosos (Revolución). Pero sin duda el episodio más decibélico es cuando el público grita eso de "Ya no tendrás que soportar al imbécil de tu jefe ni un minuto más", de la letra de la canción Marta, Sebas, Guille y los demás.

- "¡Cásate conmigo!". Al ser el Price un recinto recogido, se tiene la oportunidad de dialogar con los espectadores. Las pausas entre canciones las aprovechó el público para piropear, sobre todo, a Eva. Lo comenta la receptora: "Me han dicho de todo. Cosas muy bestias como 'te lo comería todo', proposiciones como 'cásate conmigo' o piropos muy bonitos como 'no te mueras nunca'. Pero siempre lo hacen desde el respeto. Por cierto, Juan, hoy te han dicho a ti uno: 'Juan, ojazos". "Ah, ¿sí? Pues no lo he escuchado: qué pena".

- Nueva canción, 'Madrid'. Sólo una canción nueva interpretó el dúo. Se llama Madrid, está dedicada a la capital y dice: "Madrid despierta despacio.../ Es domingo y en el Rastro caen ríos humanos calle abajo, me dejo llevar". Una canción de amor de unos maños a la ciudad donde viven desde hace muchos años.

El dúo Amaral, durante el recital de anoche en el Circo Price.
El dúo Amaral, durante el recital de anoche en el Circo Price.CLAUDIO ÁLVAREZ

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Sobre la firma

Carlos Marcos
Redactor de Cultura especializado en música. Empezó trabajando en Guía del Ocio de Madrid y El País de las Tentaciones. Redactor jefe de Rolling Stone y Revista 40, coordinó cinco años la web de la revista ICON. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Madrid.

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