La victoria del voto nulo

Una pedanía al nordeste de Madrid, 307 habitantes censados, 215 votos, dos candidatos y ningún vencedor. El domingo 22 en Belvis del Jarama se cumplieron las fantasías de quienes piden un tirón de orejas a los partidos políticos en las urnas. Ni el aspirante del PP a la alcaldía, Rafael Fariñas, con 82 votos, ni el socialista, Juan Miguel Callado, con 36, lograron imponerse en número de papeletas a las 97 que cosechó el voto nulo.

Este pequeño municipio de cal blanca y cigüeñas sobre el campanario no es un bastión del Movimiento 15-M ni el refugio de los indignados acampados en Sol. La mayoría de las papeletas nulas pedían el voto para la hasta ahora alcaldesa de Belvis, Maria del Carmen Ramos (IU), que se postuló para la reelección y a la que un fallo en la publicación de la candidatura en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid dejó fuera de las elecciones a la pedanía tras ocho años de mayoría absoluta.

Un error en el BOE excluyó de los comicios a la hasta ahora alcaldesa

Belvis registró 97 sufragios nulos, 82 para el PP y otros 36 del PSOE

Ramos lamenta que su caso haya sido "el único en la historia de la democracia en resolverse de manera no favorable". La agrupación de izquierdas fue de recurso en recurso y de tribunal en tribunal sin éxito. De la Junta electoral de Alcalá de Henares, a la Junta Electoral Central y de ahí a la petición de amparo ante el Tribunal Constitucional. En todas las ocasiones los informes advertían del error administrativo, pero las alegaciones llegaban "fuera de todo plazo".

A pesar del triunfo del voto nulo, Fariñas presidirá el Ayuntamiento durante la próxima legislatura porque las papeletas no válidas no cuentan. El alcalde electo reconoce que no se esperaba esta reacción de los ciudadanos. "Pensaba que podría haber abstención más que otra cosa", señala.

La exalcaldesa considera el gesto como "una muestra de apoyo" y afea a Fariñas que rechazara retirar su candidatura para que las tres listas -PP, PSOE e IU- pudieran concurrir a los comicios seis meses más tarde. "El PSOE regional se negó a abandonar su lista, pero el secretario general de los populares madrileños, Francisco Granados, dejó la decisión en manos de su candidato en el municipio que tampoco quiso renunciar", explica Ramos.

El revés electoral no ha minado la voluntad del recién elegido alcalde de gobernar la pedanía aunque, con gesto molesto, dice que no volverá a presentarse a las elecciones. Vecino de Belvis de toda la vida y veterano en la política municipal con 24 años de carrera, Fariñas no imaginaba tan accidentada su llegada al ayuntamiento. Con todo, asegura que sus esfuerzos se van a centrar en mejorar el pueblo: arreglar las calles, reducir el ruido de los aviones que cada dos minutos interrumpen la tranquilidad del pueblo y crear un polígono industrial de actividad limpia.

"El pueblo ha deslegitimado al alcalde. Los votos nulos son una muestra de que los vecinos no le quieren", insiste la excluida de los comicios. El error burocrático ha alejado a la coalición de izquierdas del ayuntamiento y de la oposición, aunque no le ha impedido alzarse con la victoria moral en las urnas.

Rafael Fariñas todavía tiene cuatro años por delante para ganarse la confianza de los 97 electores que el pasado domingo inclinaron el resultado en favor del voto nulo con un nombre: el de Mari Carmen Ramos, escrito a boli y a mano en un papel dentro del sobre blanco.