_
_
_
_
_

El 'wi-fi' no viaja en transporte público

El Ayuntamiento renuncia a instalar Internet sin cables en sus 2.000 autobuses

Elena G. Sevillano

Imaginen uno de esos viajes pesados en autobús. Un trayecto de 30 o 40 minutos, parada tras parada, en los que, a menos que haya una buena lectura a mano, uno siente que está perdiendo el tiempo. Imaginen poder abrir el portátil, teclear la contraseña que aparece en el panel de enfrente y ponerse a navegar por Internet: consultar el correo electrónico, leer el periódico digital... Ése era el plan del Ayuntamiento de Madrid. Instalar puntos de acceso wi-fi (sin cables) en cada uno de los más de 2.000 autobuses de la flota. Pues no podrá ser, al menos de momento. La Empresa Municipal de Transportes (EMT) ha renunciado a ofrecer el servicio a causa de las trabas que le impone la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CNT), avanzó ayer Europa Press.

El Consistorio planteó a finales del año pasado una consulta a la CNT para ver cómo podía instalar el wi-fi en sus autobuses. Su intención era dar "acceso a Internet a los viajeros, como parte de los servicios incluidos en el precio del billete". La comisión contestó en febrero con una resolución, a la que ha tenido acceso EL PAÍS, en la que formula tantos obstáculos que la empresa de transportes ha decidido aparcar su iniciativa.

La CNT se niega en redondo a la opción de prestar el servicio de forma indefinida y por el mismo precio del billete por considerar que no es legal y que puede suponer una amenaza a la libre competencia. A cambio, propone otras posibilidades, como "limitar la prestación a un tiempo determinado", como si fuera una promoción (lo llama "gratuidad transitoria"), o "sufragar el coste por medio de patrocinio". Descartadas las dos opciones, la EMT valoró la tercera propuesta, que consiste básicamente en cobrar algo más al usuario que quiera conectarse a Internet. "La empresa municipal", afirma la resolución de la CNT, "debería incrementar el precio del billete en la cuantía suficiente para cubrir los costes del servicio".

Tampoco esa solución convenció a la Empresa Municipal de Transportes. "Estaba ya todo diseñado y preparado, pero la CNT impuso unas condiciones tan restrictivas para poder prestar el servicio que lo hacía inviable", resumió ayer el director general de Innovación y Tecnología del Ayuntamiento, Alejandro Arranz. "Teníamos que repercutir el coste de instalar Internet en cada uno de los billetes". Eso suponía incrementar en una cantidad mínima (uno o dos céntimos) el precio de cada billete, pero sólo en el caso de que el usuario quisiera conectarse. Al mismo tiempo debería ser posible comprar un tique por el coste habitual para los que no usaran el wi-fi. "Operativamente era inviable", señaló Arranz.

Así que el Ayuntamiento tomó la decisión de invalidarlo. "Está aparcado", precisó el director general. "Los operadores tienen mucha prevención frente a las iniciativas wi-fi de los municipios porque creen que podrían afectar a su negocio de telefonía móvil. Es un miedo atroz y poco fundamentado, porque las iniciativas locales no pueden competir en robustez con sus redes". De momento, el Consistorio mantiene un punto wi-fi gratuito, en la plaza de Santo Domingo, y estudia ampliarlo a las bibliotecas.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_