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Casi la mitad de las africanas piden permiso al marido para ir al médico

Unicef dice que la discriminación femenina aumenta la pobreza infantil

Mónica Ceberio Belaza

Casi la mitad de las mujeres africanas (el 43%, según Unicef) necesitan del permiso de su marido hasta para ir al médico. La discriminación y sumisión que padecen pone en peligro no sólo su salud, sino la de sus hijos. En manos de ellos quedan todas las decisiones importantes, desde los gastos domésticos hasta las visitas a amigos y parientes. Ello repercute en el bienestar de sus hijos, según el informe Estado Mundial de la Infancia 2007.

Los niños tienen más posibilidades de sufrir malnutrición en hogares en los que las mujeres no participan en las decisiones domésticas, según el informe presentado ayer. En África central y occidental, las mujeres gastan el 74% del dinero de que disponen en comida para la familia, mientras que los hombres usan sólo el 22%. Cuando los recursos son escasos, según el estudio, "las mujeres por lo general conceden prioridad a la nutrición de los miembros de la familia por encima de otras cuestiones personales".

En 20 de 30 países en desarrollo que examina el informe, menos del 50% de las mujeres puede decidir, sin el permiso del esposo, visitar a un familiar o amigo o comprar cosas para la casa. En Nigeria, Malí o Burkina Faso, casi el 75% de las mujeres encuestadas aseguró que su marido decidía todo lo relativo a su propia salud.

La situación se repite en todos los países. Si las mujeres tuvieran la misma capacidad para decidir sobre los gastos familiares que los hombres, habría 13 millones menos de niños malnutridos en el sur de Asia, y se reduciría

un 13% la proporción de niños de 0 a 3 años bajos de peso, lo que supondría 13 millones menos de niños mal alimentados. Eliminar la discriminación en el hogar, el lugar de empleo y en el ámbito político, concluye el informe, tendría consecuencias positivas en la infancia.

Ciclo vital y discriminación

La discriminación de la mujer empieza no ya en la cuna, sino en el útero materno. Las técnicas de determinación del sexo de los bebés durante el embarazo han provocado abortos selectivos de niñas en países donde hay una clara preferencia económica o cultural por los varones. El informe señala que no hay pruebas concluyentes de estos abortos pero que "el historial de nacimientos y los datos del censo revelan que en Asia hay una cifra desproporcionada de nacimientos de varones y una presencia exagerada de niños [de sexo masculino] menores de cinco años, sobre todo en China y en la India".

En la educación primaria y secundaria hay notables diferencias en función del sexo. Por cada 100 niños sin escolarizar, hay 115 niñas en la misma situación. Y una de cada cinco niñas que se matriculan en la escuela primaria no llega a terminarla. En la secundaria las cifras son aún peores: el promedio de niñas que acuden en los países en desarrollo es sólo del 43%, según Unicef. Muchas veces, por matrimonios prematuros. El 36% de las mujeres del mundo que tienen de 10 a 24 años se casaron o unieron a sus parejas antes de cumplir los 18 años, sobre todo en el África subsahariana y el Asia meridional. Y esto tiene también implicaciones en la salud. Alrededor de 14 millones de adolescentes entre 15 y 19 años dan a luz todos los años. Las niñas menores de 15 años tienen cinco veces más probabilidades de morir durante el embarazo que las mayores de 20. Si una madre tiene menos de 18 años, la probabilidad de que su bebé muera el primer año de vida es un 60% mayor que la de un recién nacido de una madre de 19 años.

La maternidad, aun cuando la mujer es adulta, es un momento especialmente difícil en los países en desarrollo. Se calcula que más de medio millón de mujeres -una por minuto, aproximadamente- mueren al año como resultado de las complicaciones durante el embarazo o el parto. Una de cada 16 mujeres del África subsahariana morirá como consecuencia del embarazo o parto, mientras que en los países industrializados el porcentaje es de una de cada 4.000.

En la vejez, las mujeres sufren "la doble discriminación de género y de edad", indica el estudio. Tienden a vivir más que los hombres, carecen por lo general del control de los recursos económicos familiares y a veces tienen que afrontar la discriminación de las leyes de la herencia y la propiedad. Las abuelas son quienes, en países con un gran índice de muertes por sida, cuidan a sus nietos huérfanos.

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Sobre la firma

Mónica Ceberio Belaza
Reportera y coordinadora de proyectos especiales. Ex directora adjunta de EL PAÍS. Especializada en temas sociales, contó en exclusiva los encuentros entre presos de ETA y sus víctimas. Premio Ortega y Gasset 2014 por 'En la calle, una historia de desahucios' y del Ministerio de Igualdad en 2009 por la serie sobre trata ‘La esclavitud invisible’.

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