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Reportaje:LIBROS | Infantil y juvenil

Larga vida a las historias sin fin

Elisa Silió

Larga vida a las historias sin finDice el rey del best seller Ken Follett, autor de Los pilares de la tierra y Un mundo sin fin, libros que rondan las 1.200 páginas, que ambos son muy extensos porque los lectores siempre quieren más. Lo comprobó luego J. K. Rowling, madre de Harry Potter, que escribió unas aventuras del pequeño mago cada vez más amplias -hasta llegar a las 900 páginas del último tomo-, vista la aceptación de su público. ¿Quién dijo miedo? Hoy, a los jóvenes amantes de la lectura no les asustan las novelas largas, y las editoriales, conscientes, no sólo publican títulos interminables y sagas sin fin próximo, sino que acompañan las novedades con páginas web en las que los fans participan.

Los chicos se fijan mucho en el tema y el título, y poco en el escritor y las críticas

A la hora de elegir lectura, los chicos se fijan mucho en el tema y el título, y poco en el escritor y las críticas. Triunfan las novelas crossover que atrapan a adolescentes y adultos por igual. Y si además la aparición del volumen coincide con el estreno cinematográfico es casi imposible que los adolescentes le den la espalda. La vida de estos libros, un ocio barato, es cada vez más larga y se reeditan más que los de mayores. No conocen la palabra crisis. En 2008 las ventas de libros infantiles y juveniles aumentaron un 3,2%, hasta alcanzar los 330 millones de euros, según el Anuario del libro infantil y juvenil editado por SM.

Aventuras

Hay adolescentes que pierden los papeles por los libros de terror, fantasía o romanticones, pero en lo que casi todos coinciden es en su afición por las aventuras. Les gustan a nueve de cada diez, calcula el informe Hábitos de lectura y compra de libros en España 2008, de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE). Sus seguidores están de enhorabuena pues, aunque Rafael Ábalos no pensaba dar continuidad a Grimpow. El camino invisible -traducido a 25 idiomas-, finalmente, tres años después se ha publicado Grimpow. La bruja de la estirpe (Montena). "Un personaje surgió de la nada para animarme a seguir la historia: era una bruja joven, de las que realmente existieron en la Edad Media, que me pedía a gritos un papel importante en la novela", ha explicado Ábalos. "Creo que con

Kôt ha cobrado forma una interesante trilogía sobre el origen y el significado de la piedra filosofal".

No es el único caso de prolongación no premeditada. La famosa Laura Gallego ha seguido los mismos pasos: "Este libro es la segunda parte de Alas de fuego, una novela que escribí en el año 2003. En principio, era una novela suelta pero más tarde pensé en una trama para una segunda parte que conformara también una nueva historia", cuenta Gallego sobre Alas negras (Laberinto). En Montaraces. La tierra del hielo (Alfaguara), de John Flanagan, Halt desafía a su rey y emprende un viaje para salvar a Will y Evanlyn, prisioneros en un barco. Y en el mar se desarrolla también Corazón negro (Justin Romper, Montena), cierre a la tetralogía Vampiratas, en la que Connor vuelve a la vida de pirata. Mientras que en Sebastian Darke 3. Príncipe de los exploradores

(Alfaguara), de Philip Caveney, el objetivo es encontrar una ciudad perdida en la selva.

Terror

Que muchos meses después de su lanzamiento la tetralogía de Stephenie Meyer (Saga Crepúsculo, Alfaguara) ocupe del tercer al sexto puesto de los libros más vendidos demuestra el gusto juvenil por las ciencias ocultas. Crecieron con Potter, Internet y los videojuegos y están cada vez más acostumbrados a que seres fantásticos convivan con personajes de nuestro tiempo. Así, David Lozano, premio Gran Angular 2006, abre su trilogía La Puerta Oscura con El viajero (SM), un recorrido al mundo de los muertos de la mano de Pascal tras Halloween. Con los difuntos también contacta la protagonista de Maya Fox 1. La elegida (Destino), de Iginio Straffi, perseguida por un asesino. Y con otras brujas dialoga en El desierto del hielo (Edebé), de Maite Carranza, Anaíd, que debe acabar con unas hechiceras.

A la espera de que Meyer se anime a escribir un quinto volumen, Alfaguara estruja la serie con una caja especial Saga crepúsculo y Crepúsculo. Diario de la directora, unos apuntes sobre el filme, y apuesta por las novelas sangrientas. En Vampire Academy, de Richelle Mead, Rose se enamora de su tutor en la academia, y en La casa de la Colina Negra, de José Antonio Cotrina, una familia lucha contra la Magia Muerta.

En Nabla Ediciones han encontrado un filón en los personajes sedientos de sangre. Tras Vampire kisses, de Ellen Schreiber, continúan con Las criaturas de la noche, de Lucía González Lavado, amor entre una colegiala y un guitarrista de largos incisivos, y La segunda llamada, de Tanya Huff, en la que Claire tiene que cerrar un portal al infierno en París.

Fantasía

El género fantástico es el tercero que más gusta a los jóvenes de entre 14 y 24 años. El pasado año, a Rowling y a Gallego (Memorias de Idhún) las relevaron con notable éxito las trilogías mágicas Mundo de tinta (Siruela), de Cornelia Funke, y Las hijas de las tormentas (Edebé), de Jordi Sierra i Fabra, del que este año de ha publicado El quinto cristal. Prosiguen las sagas que van más allá del mundo tradicional de enanos, orcos y elfos. José Antonio Cotrina arranca El círculo de la luna roja

(Alfaguara) con La cosecha de Samhein, en la que unos jóvenes tratan de sobrevivir en una ciudad tomada por criaturas fantásticas. Joaquín Londáiz llega al cuarto libro de la serie con Elliot y las piedras elementales (Montena). Esta vez Elliot tiene que encontrar cuatro cantos mágicos para recuperar la Flor de la Armonía. En La búsqueda del dragón (Roca), de Anne McCaffrey, segunda parte de Los jinetes de dragones de Pern, los caballeros surcan de nuevo el cielo para que las hebras no lleguen al suelo. Y Santiago García-Clairac completa la trilogía de El Ejército Negro (SM) con El reino de la luz, un libro "con tantas escenas de acción que creerán que están viendo una película", según su autor.

Abundan también las obras sin secuelas. En Bosque salvaje

(Siruela), de Tonke Dragt, el rey encomienda a Ristridín que se adentre en el bosque para descubrir si está poblado de ladrones, espíritus y Hombres de Verde. Mientras que en Los doce clanes (Montena), de Jonathan Stroud, otro chico, Halli, empieza una aventura de proporciones épicas. "Mi nombre es Katsa. Soy un instrumento que mi Rey utiliza para castigar a sus enemigos", se presenta la protagonista de Graceling

(Roca) Kristin Cashore. Y en La hija de la serpiente (Ediciones San Pablo), de Evelyne Oknnek, Lîahnee hereda

para su desesperación el cargo de Guardiana de la Serpiente Blanca al morir su madre. "De hermanas perfectas y comparaciones odiosas. De padres estrictos e hijos adictos a la Red. De frikis y jetas. De cursos de inglés y clases soporíferas. Es una comedia de hadas y jóvenes", describe Maite Carranza Magia de una noche de verano (Edebé) en su página web. Bichos raros son los alumnos de Escuela de frikis (Montena), de Gitty Daneshvari, que sale a la venta en otoño.

Ellas

Pese a que cada vez se inician antes en el sexo, a las españolas de poca edad les pierden las novelas a lo Corín Tellado protagonizadas por personajes con acné. Hasta Montena tiene una colección femenina: Ellas. Latidos, de Anna Godbersen, se sitúa en el Manhattan de 1899 y cuenta el drama de Elizabeth, abocada a un matrimonio de conveniencia. Mientras Bianca, en Adicción, de Claudia Gray, descuida sus estudios en el internado para vampiros extasiada con Lucas, un miembro de la Cruz Negra. Y Tally, en Perfección, de Scott Westerfeld, se opera para ingresar en el club de los guapos. La obsesión estética centra también Pájaros y abejas (Nabla), de Milly Johnson. Sometiéndose a una insensata dieta, Stevie pretende recuperar a su prometido.

En Tinta peligrosa (Salamandra), de Melissa Marr, un tatuaje une a Leslie con la aterradora Corte Oscura. Y en Dulce y lejano

(RBA/Molino), de Libba Bray, Gemma prepara su presentación en sociedad sin distanciarse de la magia que preside su vida.

Valores solidarios

Durante mucho tiempo hubo un empacho de realismo, y a ello se sumó que su contenido era una vía de transmisión de valores en las escuelas. Hoy son textos amenos como cualquier ficción. De racismo, prejuicios y supersticiones habla El último gato negro (Siruela)

de Eugenio Trivisás. Los juegos del hambre

(Molino/RBA), de Suzanne Collins, mezcla ética con misterio, aventura y amor. Y de Sierra i Fabra, que escribe tanto que las editoriales no dan abasto, es Las guerras de Diego: una novela sobre seis siglos de historia en España (Siruela). Libro con el que pretende "crear debate en las escuelas".

Histórico

Las novelas históricas apasionan al 41% los mayores, el doble que a los menores. Delirante es Percy Jackson y los dioses del olimpo: la maldición del titán

(Salamandra), de Rick Riordan: los dioses griegos crean un mundo secreto, con el monte Olimpo encima del Empire State. Más reconocible es Alhambra (Puck), de Kirsten Boie, en la Granada de 1492, de la que

Boston intenta huir. "El profesor Celíades Montorio, soltero, 67 años, aparece asesinado en un palacio del casco viejo de Zaragoza". Así se resume El círculo hermético (San Pablo), de Fernando Lalana y José María Almárcegui.

Suspense

El misterio arrasa más entre los jóvenes (el 35% se declara seguidor) que entre los adultos (26%). En Misión 4: caída libre (Salamandra), cuarta entrega de todo un fenómeno en el Reino Unido, donde su autor, Robert Muchamore, recibió en 2008 el premio de los libreros independientes británicos, la organización Cherub -250 jóvenes agentes de entre 10 y 17 años- trata de descubrir cómo un delincuente ha hecho fortuna en poco tiempo. Y conspiración en Airman (Alfaguara),

de Eoin Colfer, en el que Conor Broekhart, nacido para volar, pierde el amor y el futuro. Y la saga Hive: escuela de malechores (Anaya), de Mark Walden, prosigue con El protocolo Overlord.

Vista la respuesta juvenil, larga vida a las novelas interminables.

Ilustración de Gitty Daneshvari, en el libro <b><i>Escuela de frikis</b></i> (Montena), de Carrie Gifford, cuyos derechos cinematográficos ha comprado Warner Bros.
Ilustración de Gitty Daneshvari, en el libro Escuela de frikis (Montena), de Carrie Gifford, cuyos derechos cinematográficos ha comprado Warner Bros.Gitty Daneshvari

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Sobre la firma

Elisa Silió
Es redactora especializada en educación desde 2013, y en los últimos tiempos se ha centrado en temas universitarios. Antes dedicó su tiempo a la información cultural en Babelia, con foco especial en la literatura infantil.

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