Pistas sobre joyas negras

Buena noticia para los lectores y mejor aún para sus bolsillos. Ya está en la calle la nueva colección de bolsillo Clásicos Novela Negra (RBA), con cinco títulos (entre 7,50 y 9,50 euros ejemplar) muy representativos del género negro estadounidense. Son libros populares, llamativos y apetecibles. Las portadas están inspiradas en las carátulas de los vinilos de la mítica colección Jazz Blue Note.

Jim Thompson, Chester Himes, Margaret Millar, Lawrence Block y Marc Behm recorren todos los matices de la violencia, con furia, a veces con el sarcasmo más descarnado, también desde la ternura o sumergiéndose en los rincones más oscuros de la mente.

"Es la historia más escalofriante que haya leído jamás sobre una mente deformada", escribió Stanley Kubrick, sobre El asesino dentro de mí, de Jim Thompson. Tiene razón. El sheriff adjunto Lou Ford arrastra desde niño un pesado fardo de miedo y vergüenza. Crece en él como una enfermedad. La llegada de una prostituta lo pone al límite. El más rico del pueblo quiere que la expulse y a él se le rompen todos los esquemas. La presión es insoportable y la carrera hacia la destrucción inevitable. Thompson es feroz.

Jim Thompson, Chester Himes, Margaret Millar, Marc Behm y Lawrence Block recorren todos los matices de la violencia

Tan duro o más que Thompson es Chester Himes (Misuri, 1909-Moraira, Alicante, 1984). Un ciego con una pistola es la novela más conocida de su serie protagonizada por los policías negros Ataúd Johnson y Sepulturero Jones. Su mundo es el Harlem de los años cincuenta y sesenta, una olla a presión siempre a punto de estallar. "Toda violencia desorganizada es como un ciego con una pistola", explica Himes en el prefacio. El ciego, naturalmente, es negro. Tres marchas diferentes coinciden en una misma esquina y la estúpida actuación de un poli blanco hace que todo estalle. ¿Quién es el culpable? "Lincoln. No debería habernos liberado si no quería darnos de comer", dice Ataúd Johnson. La novela es un alegato contra el racismo de los blancos, pero Himes es igualmente crítico con los negros, sobre todo con movimientos reivindicativos de la época, como el Poder Negro. No deja títere con cabeza.

Margaret Millar (Ontario, Canadá, 1915-Santa Bárbara, California, 1994), excelente representante de la intriga psicológica, abordó en los años cincuenta y sesenta temas entonces tan complicados como el aborto o la homosexualidad. En Un extraño en mi tumba (1960) trata un doble tema: las dudas sobre la propia identidad y el racismo. Daisy y Jim son una pareja aparentemente feliz hasta que un día ella empieza a tener una pesadilla recurrente sobre su muerte que, en sueños, sucedió cuatro años antes, incluso ve su tumba. Lo irracional irrumpe en la realidad y Daisy descubre que esa tumba con esa fecha existe. A partir de ahí dedicará toda su energía a reconstruir ese día en que supuestamente murió.

La mirada del observador, de Marc Behm (Nueva Jersey, 1925-Fort-Mahon-Plage, Francia, 2007), es una novela muy original. Un investigador privado al que conocemos como el Ojo es encargado de averiguar si la novia de un chico bien intenta aprovecharse de él. La pareja se casa y ella lo asesina la noche de bodas. El Ojo no denuncia lo sucedido. Al contrario, emprende una carrera larga y frenética tras la serial killer, protegiéndola. Es delirante.

Ocho millones de maneras de morir, de Lawrence Block (Nueva York, 1938), protagonizada por el detective sin licencia Matt Scudder, es un paseo trepidante por los bares, los centros de alcohólicos anónimos y las iglesias de la ciudad de los rascacielos. Scudder investiga el asesinato de una prostituta que quiere dejar de serlo. Atención al chulo negro Chance, es otro personaje fascinante.

Clásicos no publicará exclusivamente a estadounidenses. En los próximos meses sacará, entre otros títulos, Nada, del francés Jean-Patrick Manchette, una novela imprescindible para los amantes del género. -