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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Otra dosis de felices pesadillas

El microrrelato o narración hiperbreve cuyo cultivo ha ido ganando terreno en los últimos tiempos consiste en un fulgor repentino que concentra en un solo tiempo principio, desarrollo y desenlace de toda una narración. El conjunto que cabe casi siempre en una sola página se percibe de un vistazo. Sus posibilidades expresivas lo acercan al poema, a la parábola y a la fábula, incluso al aforismo, y en algún caso evocan las greguerías de Gómez de la Serna. Iwasaki es un notable cultivador del género que en esta extensa y estupenda colección recurre a las soluciones mejores para realzar las gracias de cada pieza. Cada palabra, irremplazable por ser la más necesaria, adquiere un sentido singular y único.

AJUAR FUNERARIO

Fernando Iwasaki

Páginas de Espuma

Madrid, 2004

126 páginas. 11 euros

En la apertura del libro, en compañía de citas de Poe, Lovecraft y Borges, señeros maestros, figuran unas palabras que todo dentista pronuncia varias veces al día "y ahora, abra la boca" que el contexto las convierte en palabras terroríficas. Efectivamente, más adelante la silla del dentista aparece metamorfoseada en una metáfora de la silla eléctrica. Con un impecable y calculado lenguaje alegórico, el dentista se transmuta en un verdugo y los discos, tenazas, pinzas y otros en instrumentos de tortura y la sala de espera en corredor de la muerte, un ritual de tortura al que nos sometemos periódicamente. Es un ejemplo de lo que se propone Iwasaki, recrear la presencia del terror en la vida cotidiana y dispensar sentidos homenajes a los mitos de la literatura, el cómic y el cine fantásticos que han alimentado nuestros sueños, las "felices pesadillas" evocadas en un libro reciente.

Como en una enciclopedia de lo fantástico, todos los monstruos que alguna vez nos han asustado o maravillado tienen cabida en estas páginas: vampiros, magos y ángeles, casas encantadas y libros misteriosos. Las referencias a los libros en sí mismos abundan. Así, aparece el lovecraftiano Necronomicón acompañado de los epítetos habituales que están en nuestra memoria lectora. Combinado con la mención de otros libros y personajes de esa mitología, la adjetivación propia de ese ciclo de relatos y el concepto de libro infinito de Borges, sin olvidar las referencias al mundo actual para enraizar la narración en la realidad (la librería electrónica, la crisis argentina), tenemos como resultado la remembranza poética y honda de un universo autónomo y único. Los niños son personajes que aparecen en muchos de los relatos. Intervienen en historias en que son víctimas o verdugos o bien, como tantas veces, tienen un papel ambiguo: invocan al diablo, hablan airados desde su ataúd, son cruelmente asesinados o en su inocencia se alegran "por mamá" de haber pedido y conseguido la resurrección de la abuela "toda llena de gusanitos". No, decididamente, éste no es un libro para lectores con niños pequeños como sugiere la contraportada.

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