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Crítica:LIBROS DE BOLSILLO | Viajes
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La viajera vulnerable

Jacinto Antón

"La descargo de toda responsabilidad si no puede llevar a Annemarie hasta Afganistán. Déjela donde usted quiera, sie ist leider hoffnunglos [su caso es desgraciadamente sin esperanza]". Así se despidió de Ella Maillart, la madre de Annemarie Schwarzenbach, poco antes de que las dos escritoras y viajeras suizas salieran de Ginebra el 6 de junio de 1939 rumbo a Oriente y a la aventura en un coche Ford Roadster de 18 caballos matrícula GR 2111. En el vehículo, propiedad de la compleja y psicológicamente tan inestable Annemarie -puro mal de vivre encarnado-, las dos mujeres cruzarán los Balcanes, Turquía, Irán y Afganistán en una peripecia insólita de la que ambas han dejado testimonio en verdaderos clásicos de la literatura de viajes: Maillart en La ruta cruel (Timun Mas) y Schwarzenbarch en un conjunto de textos llenos de una belleza melancólica y un sentido doliente de la existencia como estas crónicas de Todos los caminos están abiertos.

Todos los caminos están abiertos

Annemarie Schwarzenbach

Traducción de María Esperanza Romero

Minúscula. Barcelona, 2009

180 páginas. 14 euros

Se publica en marzo

Los textos son de una intensidad cautivadora. Incluyen descripciones hermosísimas, verdaderos monólogos existenciales

Annemarie Schwarzenbach (Zúrich, 1908-Sils, 1942), el "ángel devastado", como la describió, por su aspecto desesperanzado y etéreo (que no hetero) Thomas Mann, de cuyos hijos Klaus y Erika era amiga, emprendió la aventura afgana como una forma de escapar de sus demonios, especialmente de su adicción a las drogas. No lo logró: Maillart ya le encuentra una ampolla de morfina a la altura de Sofía y en Kabul la joven se entrega abiertamente a su dependencia (aparte de enamorarse locamente de otra mujer, Ria Hackin). En un estado perpetuamente enfebrecido, sufriente hasta lo morboso, difuminando las fronteras entre el mundo interior y el exterior -"no siempre puedo distinguir entre recuerdos y sueño"-, Annemarie, que irá hasta el Hindu Kush y la India, es la viajera más subyugadoramente vulnerable del mundo. "¿Dios no hará nunca las paces conmigo?", preguntará al desierto con la cara bañada de lágrimas. La escritora cubre las etapas de un trayecto irrepetible entre jinetes, halcones, fortines y caravasares desplomados. Lo hace a través de un mundo irremediablemente condenado al cambio -como ella muy bien intuye desde su propia evanescencia- y al que alcanzan los ecos de la gran convulsión que tiene su epicentro en Europa.

Los textos que conforman este maravilloso librito son de una intensidad cautivadora. Incluyen reflexiones sobre el hecho de viajar, descripciones hermosísimas, verdaderos monólogos existenciales, inteligentes consideraciones etnológicas y arquitectónicas y fragmentos que son pura poesía. Annemarie parece hallar algo de alivio a su ansia en la embriaguez y la magia de los nombres, la vastedad asiática y la hospitalidad afgana. Para ella, la costa del mar Caspio es de un azul pálido y orlada de dunas lúgubres, Isfahán es la ciudad de la esencia de rosas y la torre mongola de Gonbad-e Qabus se alza como una metáfora de su propia soledad. -

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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