_
_
_
_
_
ARTE

Exposición insólita en Bruselas: obras digitales que alguien ha comprado

La exhibición reúne medio centenar de obras de 29 artistas - El español Joan Leandre figura en la selección con un vídeo 3-D - Gazira Babeli enseña la primera película rodada enteramente en un mundo virtual

Carente de interés mercantil, ajeno a los formatos comerciales, sin posibilidad de revalorizarse, en definitiva: invendible, un adjetivo que calificó el arte digital desde su aparición, como un lastre y un orgullo a la vez. Por sus propias características las formas artísticas vinculadas a Internet y las nuevas tecnologías parecían sordas a la llamada del mercado e impermeables a sus mecanismos. Sin embargo, debido a la capacidad del sistema para fagocitar cualquier producto del ingenio humano y a la voluntad de supervivencia de los artistas, el arte digital ya forma parte del circuito comercial y está siendo adquirido no sólo por museos e instituciones, comprometidas con el apoyo a la creación, sino también por galerías y coleccionistas privados.

Más información
IMAL:

Lo demuestra Holy Fire, una exposición organizada en el Centro para la Cultura Digital y la Tecnología, IMAL (Interactive Media Art Laboratory) de Bruselas, por su director Yves Bernard y el comisario italiano Domenico Quaranta. La muestra, que reúne medio centenar de obras de 29 artistas internacionales de larga trayectoria, es la primera que se plantea a partir de la premisa de que todas las obras deben haber sido objeto de una transacción mercantil entre el artista y el galerista o el coleccionista.

"En las últimas dos décadas el arte digital ha experimentado un crecimiento exponencial. Ya no se trata de un nicho cerrado, sino de una de las comunidades más activas de la escena contemporánea. Los nuevos medios siguen vinculados a proyectos inmateriales, efímeros e interactivos y siguen basándose en hardware y software con mayores riesgos de obsolescencia, pero los artistas buscan nuevas estrategias para que su obra se pueda comercializar", asegura Quaranta.

Es el caso del español Joan Leandre, conocido por sus manipulaciones de videojuegos, que exhibe unas impresiones (propiedad de la colección italiana Project Gentili de Prato), de su obra más reciente The Kernel Peak: At my Limit, un vídeo en 3-D, donde el kernel, corazón de todo sistema operativo, se convierte en el protagonista de un relato simbólico, que combina ciencia-ficción, teoría del complot y mapas satelitales.

También exhibe obra gráfica Gazira Babeli, la primera artista que vive y trabaja sólo en el universo virtual de Second Life, que en el mundo real está representada por la galería Fabio Paris de Brescia. Babeli exhibe unas impresiones digitales de Gaz' of the Desert, la primera película rodada enteramente en un mundo virtual, que se estrenó el verano pasado en el Festival de Cine de Locarno, en Suiza.

Jodi, exponente de referencia del net.art, participa con la videoinstalación Max Payne Cheats Only, una recopilación de grabaciones de partidos jugados por la pareja de artistas a Max Payne, que constituye una vuelta de tuerca a su investigación sobre las modificaciones artísticas de los videojuegos. Ha sido adquirida por una colección privada belga.

El colectivo 010010111010 1101.ORG exhiben Perpetual Self Dis/Infecting Machine, las tripas de un ordenador infectado por un virus benigno, creado por los artistas, que no destruye los archivos, sino que provoca una gran actividad, tan espontánea como inútil.

El espejo electrónico

El pionero artista ruso Alexei Shulgin, junto con Aristarkh Chernyshev, presenta un espejo electrónico, propiedad de un particular, que modifica en tiempo real la imagen reflejada y una serie de animaciones minimalistas, adquiridas por la galería XL de Moscú, "que funcionan como mándalas para la meditación, basados en la belleza del algoritmo funcional en vez que en la dudosa vida interior del artista".

También se exhiben las impresiones sobre aluminio del proyecto Psych|OS de Ubermorgen, propiedad de la colección Marchina de Brescia, que visualiza las analogías entre los píxeles y las moléculas de los medicamentos antidepresivos, "agentes bioquímicos que controlan el flujo de la información interna", según el artista suizo.

Finalmente, la película de Carlo Zanni, My Temporary Visiting Position From The Sunset Terrace Bar, que se genera en tiempo real combinando la imagen fija de un panorama urbano con las puestas de sol grabadas cada día por una webcam, colocada en un balcón de Nápoles, es una de las pocas piezas únicas, ya que habitualmente se trata de ediciones de tres a 10 ejemplares.

IMAL: www.imal.org/HolyFire

Una escena de la película virtual de Gazira Babeli.
Una escena de la película virtual de Gazira Babeli.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_