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OCIO

Dos videojuegos españoles levantan admiración en el E3 de Los Ángeles

El estudio Novarama, de Daniel Sánchez-Crespo, desarrolla 'Invizimals' y Enric Álvarez, de MercurySteam, prepara una nueva entrega de los vampiros de 'Castlevania'

España desapareció del mapa del entretenimiento electrónico mundial tras el éxito de la saga Commandos de Pyro Studios allá por el 2000. La semana pasada, Enric Álvarez de MercurySteam y Daniel Sánchez-Crespo de Novarama reivindicaron el desarrollo español con dos proyectos que se presentaron en primicia en la feria E3 de Los Ángeles.

El vídeo de Invizimals, nombre que recibe el juego de Novarama, ha dado la vuelta al mundo y ha merecido editoriales de revistas especializadas por su innovador sistema de juego. Desarrollado para PlayStation Portable, se vale de la cámara web accesoria para convertir a los niños en cazadores de invizimals, unos seres invisibles que sólo pueden ser detectados con este videojuego.

Con la consola en ristre y enfocando la cámara hacia el suelo, ésta se comporta como un sofisticado detector de invizimals, emitiendo sonidos e indicando direcciones cual GPS, sobre la localización de estos seres. Hay que ir andando, sin dejar de enfocar el suelo, y siguiendo las instrucciones que aparecen en pantalla hasta que el detector avisa de que hay un invizimal listo para ser capturado. En ese momento, con la mano se coloca físicamente una marca en forma de estrella en el lugar que obliga al invizimal a mostrarse reflejado en la pantalla de la consola, en la que en lugar de la estrella sale un ser tridimensional que parece estar de pie sobre el suelo. Con un manotazo queda capturado.

De esta forma se atrapan los invizimals y se empieza una colección que podrá ser usada para luchar contra seres de otros jugadores armados con su PSP, intercambiarlos, etc...

La interacción entre realidad y virtualidad es espectacular. Los bichos son digitales, pero se mueven sobre superficies reales captadas por la cámara de la consola. En las peleas se puede usar la mano para proyectar una sombra cual nube de tormenta, lo que lanzará un rayo demoledor contra el enemigo; o soplar al micro de la consola para provocar un tornado que barrerá todo a su paso.

L os vampiros de 'Castlevania'

Por su parte, MercurySteam representan todo lo que un desarrollador occidental puede desear. En su corta vida ya han publicado dos juegos, American McGee's Scrapland y Clive Barker's Jericho, demostrando su capacidad para completar proyectos de calidad en tiempos razonables.

La editora japonesa Konami se fijó en ellos y al poco tiempo recibían la visita en sus estudios de Madrid de Hideo Kojima, padre de la saga Metal Gear y uno de los diseñadores de juegos más respetado del panorama mundial.

La visita venía con un encargo: desarrollar la próxima entrega de Castlevania, la serie vampírica de culto cuyos orígenes hay que buscarlos en los años 80 bajo el título Vampiro Killer.

En la conferencia de Konami en Los Ángeles, el público irrumpió en sonoros aplausos y vítores tras ver el vídeo de presentación de Castlevania: Lords of Shadow. "Se me pusieron los pelos de punta", admite Enric Álvarez, director del proyecto, "nos sentimos muy excitados y algo acongojados, pero sabemos que estamos a la altura", afirma con seguridad.

Hideo Kojima se deshizo en elogios sobre el estudio español ante la prensa internacional, de quienes dijo estar convencido de que "su trabajo tendrá un gran nivel".

El nuevo Castlevania -que saldrá en 2010 para la PS3 y Xbox- va a romper algunos estereotipos de la saga, basándose más en la acción que en la exploración. El completo desarrollo tridimensional situará a Gabriel, el protagonista, luchando en castillos góticos inspirados en la Europa medieval, escenarios helados y recodos montañosos. Armado con la Cruz de Combate, deberá enfrentarse a los demonios que impiden que su amada y, con ella, el resto de la humanidad descansen en paz.

El proyecto cuenta con producción inglesa a cargo de Dave Cox, quien tilda la experiencia de "colaboración multicultural de ensueño". El título será un triple A en toda regla.

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