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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

El 29-S y sus consecuencias

Fui a manifestarme aprovechando la convocatoria de huelga. Fui por libre, ya que nunca he pertenecido a ninguna organización. Me situé al final, detrás de los demás, seguramente por la misma razón. Había más espacio. Al poco, me di cuenta de que era al final donde se volcaban y quemaban contenedores de basura y donde, a mi parecer, se perdía y cambiaba el espíritu de la protesta.

Y es curioso porque, delante de la coyuntura en la que los de la clase trabajadora nos encontramos, la desfachatez con la que la clase política, empresarial y financiera nos discursean, solo siento rabia e impotencia. Siento que nuestras protestas ya están previstas y calculadas. Que forman parte de su estrategia y que, por tanto, seguimos siendo comparsa de su obra.

Tengo dos hijos de 15 y 13 años. Les importa un bledo todo esto. Tienen otros intereses. Pero, sin saberlo, lo van a pasar mal. Lo que peor me sabe es que, cuando intento explicarles el porqué de la huelga, inevitablemente, les transmito mi rabia y mi ira hacia el sistema en que vivimos. Cuando adquieran conciencia de su entorno y se rebelen (espero que así sea), ¿cómo van a reaccionar? ¿Hasta dónde me sentiré responsable de mi influencia en ellos?- Josep Maria Corbera Claveria. Barcelona.

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El día de huelga general recordé por primera vez en mucho tiempo por qué voté al PSOE en 2004 y 2008: lo hice porque su Gobierno intenta respetar mi condición de ciudadana libre, con capacidad para opinar. Cuando el ministro Corbacho se asomó a la tele para alabar la "responsabilidad" de los sindicatos y asegurar que respetaba las cifras de participación ofrecidas por las centrales, de inmediato me vino a la cabeza (por oposición) el ninguneo al que el PP sometió a los ciudadanos en la anterior huelga general.

No tengo ni idea de si seremos más o menos pobres a consecuencia del día de paro y de lo que suceda a partir de ahora, pero sí sé que, al menos, el espectáculo de un Gobierno respetuoso con cada uno de nosotros -trabajadores y parados- me ha devuelto un poco de tranquilidad y de fe en el juego político.

Puede que la globalización económica deje a los líderes de cada país con muy poco margen para tomar decisiones, pero eso en ningún caso les ata las manos para demostrar si tienen o no modales, consideración, si están dispuestos a mostrar una cortesía elemental hacia los ciudadanos.

Un gesto no va a borrar todo el enfado acumulado contra un Gobierno tremendamente torpe a la hora de explicarse, pero la educación con la que nos trató el 29-S marca una importantísima diferencia, una diferencia que casi se nos había olvidado en qué consistía. Es la diferencia entre que los gobernantes nos vean como ciudadanos o como un mero estorbo para sus planes.- Esclavitud Rodríguez Barcia. Madrid.

Empecé a trabajar y cotizar a los 14 años, ahora mismo ya llevo cotizados 37. Tal y como va esto, puede ser muy realista que en una movida laboral acabe en el paro y mis últimos 15 años hasta la edad legal de jubilación no pueda cotizar. Habré estado 40 años cotizando, muchos de ellos el máximo de cotización, y al final mi pensión será la mínima. Tengo muy claro que no voy a participar en ningún proceso electoral para seguir manteniendo este sistema, a no ser que aparezca algún partido de interés, o sea, un partido cuya finalidad sea la de defender los intereses de los pensionistas actuales y los futuros. ¿Alguien se anima a crearlo.

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