Aspiro a ser 'mileurista'
Hace tan solo unos años el ahora manido término de mileurismo saltó a la fama, convulsionando nuestras conciencias y haciéndonos llegar de golpe a la dura conclusión de que en este país -de sol y playa, de risa, de actitud vital positiva por encima de la media- mucha gente no llegaba a fin de mes. Mientras, yo veía de lejos la posibilidad de un contrato laboral y realizaba prácticas mal pagadas, como si fuera una afición, intentando saber quién quería ser en esta vida.
Con el paso de los años, la carrera terminada, otras prácticas que parece que definen aquello que ansío ser, y un máster (para el que tengo que viajar 1.000 kilómetros todas las semanas) a punto de finalizar, me doy cuenta de que aquello no fue un sueño, sino el prólogo de una historia de final incierto.
Ahora puedo decir en voz alta que sigo adelante, no pierdo la sonrisa y veo, pese a todo, un futuro esperanzador, no sé si fuera de estas fronteras. Con todo esto, hoy por hoy, aspiro llegar ser aquel mileurista que hace unos años no llegaba a fin de mes.