Centro y derechas
Los inconvenientes de que en este país toda la derecha política esté en un solo partido suelen ser un lastre añadido a un sistema político ya poco ágil de por sí, y con frecuencia perjudican al propio PP.
Mariano Rajoy reconoció a raíz de su segunda derrota electoral en 2008 que el PP necesitaba un millón de votos para poder ganar las elecciones, e identificó incluso dónde buscarlos: en el centro, ese lugar que puede ser tan pequeño como un punto (en un segmento de recta) o tan grande como una mayoría (si de sociología política se trata).
Pero en el PP -especialmente cuando suenan clarines de elecciones- suelen superponerse los mensajes de un PP moderado, dirigidos a donde se supone que están los votos del centro, con las más disparatadas y radicales afirmaciones que, lógicamente, los espantan. Así, a cuento de la política antiterrorista, en el PP actual tanto se da continuidad al sostenimiento del Pacto Antiterrorista firmado por PSOE y PP, como desde la derecha más arcaica se afirman con rotundidad disparatadas teorías conspiranoicas y se denuncia la connivencia subterránea entre el PSOE y el terrorismo de ETA. Y todo ello cuando las cifras que resumen la actividad de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado demuestran justo lo contrario.
En fin, si es cierto que en general unas elecciones no se ganan sino que las pierde el adversario, el PP va a hacer cierto este axioma incluso estando en la oposición, que no es poco mérito.