Coeducación, ¿un dogma?
El mes pasado, en el semanario L'Express se ha publicado un amplio debate sobre la eficacia de la coeducación, a propósito del libro Las trampas de la enseñanza mixta, del sociólogo Michel Fize, conocido especialista en adolescencia y juventud.
Según él, la coeducación en Francia no ha conseguido asegurar la igualdad de sexos ni de oportunidades. Añade que la coeducación es un instrumento pedagógico cuya legitimidad depende de la eficacia, por lo cual no hay que tener reparo en prescindir de ella cuando no resulta eficaz, especialmente en la adolescencia. Dice que "en los países anglosajones, las chicas de medios populares escolarizadas en centros no mixtos obtienen mejores resultados que las otras. Lo que prueba que el aprendizaje separado influye en los resultados". Por todo ello propone un sistema más flexible y pluralista para los centros públicos, en la etapa del collège entre los 11 y los 15 años. Recientemente se ha propuesto lo mismo en Estados Unidos.
En mi opinión, lo importante del debate de L'Express en el que intervienen varios especialistas, no son tanto las razones a favor y en contra de la coeducación que se aportan, sino que ha dejado de ser tabú la discusión de una cuestión pedagógica que, como todas, presenta ventajas e inconvenientes. En nuestro país, sin embargo, en muchas instancias y para algunos sindicatos, el tema parece que continúa siendo un dogma de fe.
