Copago
La ministra de Sanidad reconoce que la inclusión del copago de los servicios sanitarios está estudiándose. Quizá ha llegado el momento de que los usuarios de la sanidad pública paguen algo por la atención médica. Probablemente la situación lo justifique. Evidentemente, es un recorte social más, pero también tiene ventajas. Seguramente se valorará más el servicio que se presta y quizá se abusará menos de él. Además, ya pagamos por el transporte "público", por los libros de texto, por aparcar en lugares "públicos".
Pronto solo quedará un servicio público gratuito: el servicio religioso. Probablemente, el ministro del ramo ya estará valorando la posibilidad de que los fieles, que hasta ahora hacen uso gratuito, colaboren con el Estado en el coste de dichos servicios (por ejemplo, situando taquillas y tornos en las puertas de las iglesias). Aunque, ahora que lo pienso: no existe el ministerio de religión. Pues habrá que crearlo. Al fin y al cabo, es un ámbito que nos cuesta, entre sueldos, mantenimiento de templos, fundaciones católicas, conventos, etcétera, más de 5.000 millones de euros.