Cristina Fernández arrasa
Si hoy se celebraran elecciones presidenciales en Argentina, Cristina Fernández, viuda del expresidente Néstor Kirchner, arrasaría en las urnas. El país se tomó el pulso el domingo en unas elecciones primarias para designar los candidatos a la presidencia el próximo 23 de octubre. Era un procedimiento inédito, aprobado en 2009, ya bajo el mandato de la líder del peronismo oficialista. Solo podía haber un candidato por partido o coalición, con la exigencia de que fuera votado al menos por el 1,5% del padrón nacional.
Por eso, más que unas primarias eran una primera vuelta indicativa de lo que puede pasar en octubre. Y Cristina Fernández obtuvo el 50% de los sufragios, con dos segundos clasificados a más de 30 puntos de distancia, el líder radical Ricardo Alfonsín y el peronista independiente Juan Carlos Duhalde. Pero el sistema establece que con el 45% de los votos o más del 40% y 10 puntos de diferencia sobre el segundo, se da por ganador al primero. La presidenta, que ya pasó del 45% en las elecciones de 2007, tiene la repetición del éxito al alcance de la mano.
El mandato de Cristina Fernández ha sido radical en el tono y, ante la debilidad de la oposición, ha convertido a determinados medios informativos en sus auténticos enemigos. Su aproximación al presidente venezolano, el convaleciente Hugo Chávez, ha sido creciente y ha podido también realizar políticas sociales, en cuanto la bonanza económica le ha permitido atender a los más necesitados; pero en absoluto se ha acercado a socialismo alguno. Ni de este siglo, ni de ninguno. Los únicos rivales serios de la presidenta son hoy la inflación, próxima al 30%, y la inseguridad ciudadana, con todo aún muy lejos de las demoledoras tasas de criminalidad de gran parte de los países vecinos de América Latina. La presidenta está, sin embargo, persuadida de que no van a poder con ella.
