Cuentamanifestantes
La manifestación contra el aborto del domingo fue una de las más concurridas de los últimos años: comparable a las movilizaciones contra la guerra de Irak de 2003, por ejemplo. Pero ¿cómo de concurrida? Una empresa llamada Lynce, contratada por la agencia Efe, ha cifrado en 55.000, con un margen de error del 15%, el número de participantes. El Gobierno de la Comunidad de Madrid dio 1,2 millones, sin precisar cómo lo había calculado.
Seguramente a ojo, como se hacía hasta mediados de los años ochenta. Fue en el País Vasco, que era el lugar con mayor frecuencia de manifestaciones de Europa, donde la prensa dio el paso al frente de contar y no sólo estimar: se hacían varias catas del número de filas y de individuos por fila que pasaban en un minuto por un punto dado y la media resultante se multiplicaba por los minutos que duraba la manifestación. Era un sistema tosco, pero permitía al menos comparar entre manifestaciones diferentes para concluir que había habido más, menos, el doble, etc. que en tal otra. Los periodistas observaron que en todos los casos la cifra resultante era muchísimo menor que las que se venían dando.
Años después el asunto se volvió polémico y se impuso la costumbre de sustituir la cifra por una valoración genérica: varios miles, multitudinaria, poco concurrida. O por limitarse a reproducir las cifras que daban la policía local, los organizadores, etc. Últimamente, sin embargo, los principales medios hacen sus cálculos propios. EL PAÍS, multiplicando la superficie total ocupada por la marcha por entre una y cuatro personas por metro cuadrado.
Con el método de Lynce, un sistema informático es capaz de distinguir y contar las siluetas de manifestantes captadas desde un zepelín, y suma los conjuntos así obtenidos. Con el margen de error admitido, el número máximo de manifestantes del domingo sería de 63.000. Los técnicos informáticos tendrán que verificar la solvencia del método, pero puede adelantarse que es más exacto que el de ojímetro ideológico empleado por la Comunidad de Madrid; y que la expresión "millón" aplicada a manifestaciones deberá tomarse más como una metáfora que como una cifra.
