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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Daños colaterales del ladrillo

Ahora que ha pasado la resaca informativa en relación con las recientes inundaciones de Andalucía y Baleares, con resultados de muertes y daños materiales, cabe hacer una pequeña reflexión. Si los meteorólogos afirman que las lluvias no fueron excepcionales, ¿por qué se produjeron avenidas en sitios donde nunca las hubo? En todas las noticias que trataron de estos fenómenos, en ningún momento se ha mencionado que quizá sea la propia actuación humana lo que ha producido una situación de riesgo. Cuando llueve, el agua necesita tiempo para llegar a una zona baja desde el lugar donde ha caído. El asfaltado y la pérdida de suelo, asociados a las innumerables urbanizaciones que se construyen alrededor de pueblos cercanos a grandes ciudades, hacen que el agua fluya más rápidamente que sobre un suelo cubierto de vegetación; además, eso impide que se infiltre la lluvia en el subsuelo, por lo que aumenta la cantidad de agua que se puede concentrar. Estos dos simples hechos, que por otra parte se enseñan a los estudiantes de primer curso de Ciencias Geológicas o Ambientales, muestran que no se puede dejar la gestión del territorio exclusivamente a los políticos: técnicos bien informados y científicos deben participar en los órganos de decisión. Esto evitaría muchos riesgos innecesarios y mitigaría las inundaciones, que, en este caso, se pueden considerar un daño colateral de la política desenfrenada del ladrillo.

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