Desempleo récord
Durante octubre se han registrado 192.658 parados más, una cifra récord que confirma que España tiene un problema diferencial en materia laboral. En pocos meses hemos pasado de ser el país que creaba más puestos de trabajo a ser el que los destruye más rápidamente. En un año, el número de parados ha aumentado en 770.000 personas (un 37%), hasta alcanzar los 2,8 millones: los mismos de mediados de los años noventa, si bien entonces suponía el 23% de la población activa y ahora, tras aumentar ésta a 19 millones, el 11,5%.
Aunque la Encuesta de Población Activa (EPA) del tercer trimestre ya advertía de la aceleración del desempleo, las cifras de ayer multiplican por seis las del año pasado y afectan a todas las regiones y tramos de edad; y a todos los sectores, aunque especialmente al de servicios. En términos interanuales, el sector con mayor aumento del paro es la construcción.
El fuerte crecimiento de la economía española entre 1995 y 2007 supuso la creación en ese periodo de más de siete millones de puestos laborales, pero en un año se han perdido el 10% de ellos. Se evidencia así la rapidez con que la crisis económica, partiendo de la construcción, se traslada al resto del sistema productivo.
Ante este panorama, cualquier política económica responsable tiene que partir del reforzamiento de la protección a los que pierden el empleo; no sólo mediante el subsidio de paro, sino con medidas como las anunciadas hace dos días por Zapatero en relación con las hipotecas. Junto a esas iniciativas, es necesario articular un plan extraordinario de inversión pública. A tal efecto, Bruselas ha admitido que tendrá que relajar las restricciones de estabilidad presupuestaria. Las circunstancias son excepcionales. El aumento del paro pondrá a prueba la capacidad de la democracia española para paliar los efectos sociales de la crisis.
