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Tribuna:LA CUARTA PÁGINA
Tribuna
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Empresas latinas en la escena global

Desde la alimentación hasta la energía, pasando por la televisión, un grupo de emergentes multinacionales latinoamericanas va asentándose en sus territorios y comenzando a penetrar en EE UU, Europa y África

Tras el desplome de Lehman Brothers el pasado septiembre, Washington convocó urgentemente a los países del G-20. La foto de esa cumbre con el presidente de Estados Unidos, el brasileño a su derecha y el chino a su izquierda, marcó la desaparición del G-8 y el inicio de una nueva fase de la globalización. Si las fases anteriores estuvieron dominadas por multinacionales europeas y norteamericanas, la actual nace con la irrupción de multinacionales emergentes.

Las multinacionales de los países emergentes representan ya el 15% del total de la prestigiosa lista de Fortune Global 500. Si hoy quieres vivir en una de las ciudades con más multinacionales del planeta, debes elegir Pekín, la cuarta, incluso por encima de Nueva York. Petrochina se ha situado en diversas ocasiones en 2009 como la empresa con mayor capitalización del mercado mundial. Las Bolsas de valores de Hong Kong y de Brasil acaban de sobrepasar el valor de las de Londres y Nueva York.

La región es líder en sostenibilidad. El etanol brasileño hace funcionar muchos coches y aviones
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Las telenovelas latinas producidas por Globo o Televisa se exportan a todo el mundo

Empresas indias de tecnología como Infosys o Wipro se encuentran entre las mejores de su sector en el mundo. Reliance y Tata salen en la clasificación de Business Week de las empresas más innovadoras del mundo. Y mientras se produce la nacionalización de General Motors, más de un millón de ciudadanos indios se han inscrito para comprar el modelo Nano de Tata.

¿Cuál es el rol de las multinacionales latinoamericanas en esta nueva fase de globalización? De 1966 a 1981, la región experimentó un crecimiento del producto interior bruto anual del 8%. Sin embargo, en los últimos 30 años ha habido crisis económicas graves. Como consecuencia, el crecimiento promedio en Latinoamérica ha estado por debajo de la media mundial, con importantes repercusiones sociales. Mientras que en 1980, 136 millones de latinoamericanos -el 40% de la población- tenían que sobrevivir con menos de dos dólares al día, en 2008, según la CEPAL, ese número había aumentado a 182 millones. A nivel empresarial, el número de empresas latinoamericanas bajó de 14, en 1987, a 10 en la clasificación de 2008 de Fortune Global 500.

La caída del muro de Berlín en 1989 es el antecedente de esta nueva fase de globalización en la que todos los países empezaron a competir con el resto. En esa época, Latinoamérica inició un gran programa de privatizaciones. La competencia desde Asia repercutió enseguida en la región latina. Vietnam, con la ayuda del Banco Mundial, decidió especializarse en el cultivo del café, el recurso natural de mayor comercio en el mundo tras el petróleo. De la nada, el país del sureste asiático se convirtió en el segundo exportador de café del mundo tras Brasil, desplazando a Colombia. La entrada vietnamita hundió los precios del café y arruinó, en un primer momento, a cafeteros latinoamericanos. A nivel regional, el proceso de privatización en Latinoamérica supuso la llegada de nuevas multinacionales, sobre todo españolas, y con ellas un entorno mucho más competitivo para las multinacionales locales.

La mejor defensa es el ataque. Con un mercado doméstico volátil, las empresas latinoamericanas vieron la internacionalización como una manera de crecer y acceder a mercados estables para compensar la inestabilidad regional y, de este modo, conseguir una financiación más barata que les permitiera competir en igualdad de condiciones con las multinacionales que habían llegado a la región.

La internacionalización comienza en su mercado natural, mercados conocidos que comparten lengua o historia. Las empresas mexicanas invirtieron en Estados Unidos después de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre ambos países y Canadá. Para las empresas de países de habla hispana, como la cadena de restaurantes de comida rápida guatemalteca Pollo Campero o la mexicana Cemex, España es la puerta de entrada a Europa, mientras que Portugal es el país elegido por las compañías brasileñas, como el Banco Itaú y Embraer. Angola y Mozambique, países de habla portuguesa, son los favoritos en África para las brasileñas Petrobrás y Vale. La expansión en Asia se produce en una fase posterior.

Estas multinacionales latinoamericanas globales representan un polo de innovación para la región. Modelos de negocio innovadores y tecnología punta forman parte del ADN de Cemex, la empresa latinoamericana más global. Las empresas de vino chilenas, los cosméticos del Amazonas de la brasileña Natura o el redescubrimiento de los productos autóctonos agrícolas de la cocina peruana por Astrid y Gastón son buena muestra de la innovación de productos de las latinas globales.

Mientras que en el resto del planeta la industria de entretenimiento está revisando su modelo de negocio, la música y las telenovelas latinas producidas por Globo o Televisa se exportan a todo el mundo y la prensa escrita aumenta su circulación.

En cuanto a sostenibilidad, la región es líder. Los coches brasileños pueden funcionar con etanol basado en caña de azúcar, gasolina o cualquier combinación de los dos. Aviones de Embraer pueden volar con etanol. Copersucar, la empresa brasileña líder del sector, es una de las mayores por exportaciones del país.

La eficiencia, agilidad y adaptabilidad a las necesidades locales completan la especificidad de estas firmas que cuentan con talento internacional. Las élites latinas tienen una formación y experiencia allende sus fronteras y las compañías latinas logran atraer este talento que ha sido clave para el éxito de la expansión internacional.

¿Cuál será el impacto de la crisis en las multinacionales latinas? Su capacidad de supervivencia en las numerosas crisis regionales las distingue de otras multinacionales emergentes. Esta ventaja competitiva les será muy útil para salir victoriosas ahora. Las chinas no han sufrido aún ninguna crisis importante. Estas empresas tienen líderes que han navegado en aguas turbulentas con visión a largo plazo. Daniel Servitje, de la mexicana Bimbo, se atrevió a comprar, en el momento más crítico de la recesión, la subsidiaria estadounidense de la canadiense Georges Weston.

Las desinversiones de las multinacionales occidentales paralizadas por la crisis representan una oportunidad. América Móvil y Telmex son expertas. Ganaron escala rápidamente a base de adquisiciones en el crash que siguió a la ruptura de la burbuja de Internet en el 2000. Los activos en la región de Bell Canada International, MCI Worldcom y AT&T Latin America cayeron en sus manos a precio de ganga.

Y las latinas están volviendo a casa, invirtiendo dentro de su mercado natural. El grupo chileno Luksic, que había vendido el Banco de Chile a Citi, lo está recomprando a valor actual de mercado. Vale está adquiriendo los activos de Río Tinto en Brasil. El banco brasileño Unibanco, del que se decía que iba a ser el próximo en caer en manos de un banco occidental, acaba de fusionarse con el brasileño Banco Itaú, que se convierte así en el décimo banco del mundo por capitalización bursátil.

China está aprovechando sus vastas reservas para asegurarse el suministro de recursos naturales en África y Latinoamérica. El préstamo a Petrobrás de 10.000 millones de dólares para la exploración de los nuevos campos de petróleo no llega de los vecinos del norte, sino de China.

El índice de valores latinoamericanos de la Bolsa de Madrid, Latibex, ha ganado un 50% y el repunte en las bolsas latinas ha sido espectacular. Pese a que tenemos que descontar el efecto burbuja que se está produciendo y prever correcciones, en Latinoamérica -tal como decía The Economist- hay dolor, pero no pánico.

Si en el poder político hemos pasado del G-8 al G-20, ¿cuáles son los cambios que vamos a ver en el mundo empresarial? ¿Tendrán las multinacionales tradicionales la suficiente agilidad y adaptabilidad a los mercados locales para sobrevivir esta crisis? Las multinacionales emergentes, con su ambición por triunfar, su capacidad de adaptación y su conocimiento de las crisis precedentes, nos están mostrando las soluciones a la presente.

En el momento en el que la región se presta a celebrar el bicentenario de su independencia, las multinacionales occidentales, en muchos casos españolas, se enfrentan en la región a sus pares. Las reglas del juego han cambiado. La batalla no ha hecho más que empezar.

Lourdes Casanova es profesora del Departamento de Estrategia de INSEAD y autora de Global Latinas, Latin America's emerging multinationals Hampshire (Palgrave Macmillan, 2009).

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