El Estado al rescate de la banca
Según parece, cada ciudadano de Estados Unidos va a tener que poner de su bolsillo 2.000 dólares para remediar los efectos de las hipotecas basura. Si usted regenta una frutería o un bar o cualquier otra pequeña empresa de esas que conforman la mayor parte del tejido industrial de un país, átese los machos si por su inoperancia su negocio se va a pique.
Si tiene usted un banco no se preocupe. Conceda usted hipotecas bomba a manos llenas y luego distribúyalas por el mundo hasta que exploten; cobre comisiones disparatadas a los pequeños ahorradores e invierta el dinero donde mejor le plazca. Sus beneficios crecerán un 30% anual como mínimo, y cuando la cosa se ponga fea no se inquiete, el Estado vendrá a rescatarle.
Si es usted banquero, los beneficios de su negocio son privados, pero las pérdidas son públicas.