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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Europa responde

La Comisión propone más medidas para proteger el euro mientras Portugal aguanta el acoso

Buenas señales para Europa. Alemania ha registrado la tasa de crecimiento más alta desde la reunificación y, sobre todo, los mercados de deuda pública concedieron ayer un respiro a los tesoros de las economías periféricas de la eurozona, en especial al portugués, objeto de serias amenazas en las últimas jornadas. La verificación de que esa economía está creciendo a un ritmo superior al esperado, y que sus autoridades cumplen el objetivo de déficit público para 2010, ha contribuido a que los mercados atiendan a más razones. El otro elemento que contribuye a explicar el buen comportamiento de los mercados de bonos y acciones es la búsqueda de la Comisión Europea de alternativas que fortalezcan los mecanismos defensivos de la eurozona.

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Junto al afán de reforzar los recursos financieros para intervenir en situaciones excepcionales en los mercados financieros, la UE necesita, para gobernarse mejor, articular mecanismos para una mayor integración económica. Y por ambiciosos que hayan sido los pasos dados hasta ahora en este sentido, han llegado tarde y no se corresponden con la severidad sin precedentes con que la crisis ha sacudido a la eurozona.

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Han sido los hechos, y no los planteamientos teóricos, los que han impulsado en la UE acuerdos como los propuestos ayer por la Comisión al Eurogrupo: la coordinación presupuestaria previa a cada semestre europeo; la aceleración de la consolidación fiscal, y el aumento del fondo de rescate y de sus funciones. La moneda común hace de la solidaridad europea, no una alternativa, sino una insoslayable necesidad, puesto que los ataques contra la deuda de algunos Estados amenazan al conjunto de la zona euro.

Conviene subrayar, por eso, que la Comisión ha asumido un papel activo en la búsqueda de respuestas a una crisis del euro que desde principios de año ha mantenido a Portugal y España en el punto de mira, pero que podría alcanzar a Bélgica e Italia. La Comisión está considerando establecer mecanismos para aliviar las tensiones especulativas sobre la deuda de los países de la eurozona, como la ampliación del Fondo de Estabilidad Financiera o la "mutualización de la deuda".

La ampliación del Fondo de Rescate y del ámbito de sus competencias permitirá, por una parte, avanzar a largo plazo hacia la constitución de un tesoro y de una agencia de deuda europeos. Al mismo tiempo, la posibilidad de que el fondo pueda adquirir deuda en el mercado secundario permitirá aliviar al Banco Central Europeo de esta engorrosa función que, aunque ha sido esencial para minimizar la crisis, ha servido para que los más ortodoxos cuestionasen la independencia de la entidad.

La búsqueda de esas fórmulas intermedias es, de por sí, un estímulo para reforzar el papel de la Comisión en la supervisión de las cuentas de los miembros de la eurozona. Son pasos en la buena dirección, pero que distan del objetivo que habría que alcanzar: el gobierno económico europeo.

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