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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Fin de año social

El presidente exhibe optimismo ante la crisis financiera; frente a ETA, contundencia absoluta

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, tocó ayer algunos de los temas candentes del ejercicio que está a punto de finalizar y en algunos de ellos, en particular los políticos, utilizó un lenguaje especialmente contundente. Fiel a su estilo, los pilares del discurso económico estuvieron teñidos de preocupación social y optimismo. Anunció una subida media de las pensiones del 6% en 2009 y un aumento del salario mínimo (SMI) del 4%, es decir, de apenas 24 euros. Sobre estos dos anuncios, proporcionados por la mecánica del Consejo de Ministros, el presidente volvió a tejer un mensaje optimista en su pronóstico de que en los primeros meses del año próximo mejorará el mercado del crédito en España y aumentará la liquidez.

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Esta suposición consoladora se basa en que siete entidades financieras ya están colaborando con el Instituto de Crédito Oficial para transmitir circulante a las pequeñas y medianas empresas. Ojalá el presidente tenga razón, pero se necesitan argumentos más firmes para justificar tal presunción. La restauración de los flujos de crédito desde las entidades a las empresas depende casi exclusivamente de la recomposición de los balances de las instituciones financieras; y si bien es verdad que esa recomposición puede producirse en algunos meses, tampoco se restablecerá el nivel del crédito de la noche a la mañana. Será un proceso lento, fácil para algunos negocios y muy difícil para otros.

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La subida del SMI no colma las expectativas de los sindicatos. Es sabido que el Gobierno quiere elevar el salario mínimo hasta 800 euros a finales de la legislatura; con el paso de ayer, lo tiene más difícil. El Gobierno ha aceptado tácitamente la tesis de que un aumento del SMI perjudica la creación de empleo; y en estos momentos de contracción del crecimiento, nada menos que del 1% en tasa intertrimestral anualizada, de descensos del consumo que se aproximan al 10% de media y con un mercado laboral que va camino de los cuatro millones de parados, es mejor no alterar demasiado las condiciones de creación de empleo, por tenues que parezcan.

La versión contundente de su comparecencia tras el Consejo de Ministros la reservó Zapatero para ETA: "La democracia ha dado tres oportunidades a ETA para que terminen su indigna aventura de crímenes sin sentido; las ha desaprovechado y ya no habrá más". Una afirmación tan tajante debería calmar de una vez por todas el nerviosismo del PP, dispuesto siempre a denunciar los fantasmas de una supuesta negociación con la banda. Poco a poco, también parece aclararse el panorama de la financiación autonómica, si es verdad que el nuevo modelo de financiación estará terminado antes del 31 de diciembre e incluirá el coste de la lengua propia en cuatro comunidades bilingües. El presidente, finalmente, debería ampliar con detalle en el Congreso su mentís de ayer respecto a que su Gobierno no autorizó ningún vuelo ilegal de Guantánamo porque no recibió petición al respecto.

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